Santiago es la quinta ciudad más grande de Sudamérica, con más de 5,5 millones de “Santiaguinos''. Como la capital de Chile, la ciudad ha sido reconstruida y reinventada dramáticamente en su historia reciente.
Hoy vibra con frescura y energía, con nuevos y relucientes rascacielos, pero más allá de la verticalidad de la ciudad, se encuentra una gran cantidad de barrios muy unidos, donde sólo un deporte es objeto de debate: el futbol.
Santiago cuenta con más de media docena de equipos de primer nivel, que llenan estadios en casi todos los partidos, como si fuera la Selección Nacional. “En Chile, el futbol se ha convertido en una cuestión mucho más seria. Antes era por diversión, pero hoy queremos ganar. Nuestro juego se ha organizado y lo hacemos con un propósito. Si perdemos el balón, no nos damos por vencidos hasta que lo consigamos de nuevo e inmediatamente atacamos de nuevo. Así es como se debe jugar al futbol”, comentó en el evento Nicolás Matus, centrocampista de un equipo local Sub-21.
Este grupo actual de jugadores chilenos posee un sentido de convicción que ha capturado la imaginación de una nación, en especial de los jugadores adolescentes con la esperanza de abrirse paso en el futbol profesional por sí mismos.
Durante los últimos 10 años el futbol chileno ha experimentado una transformación dramática que los lugareños describen como un “cambio de mentalidad”. El Chile actual juega por sus propias reglas y con una ferocidad que ha atraído una fuerte legión y un montón de admiradores en el extranjero.
Los jugadores jóvenes en Santiago tienen algo que demostrar y tienen la intención de hacerlo de una manera profunda. Si el equipo actual de Chile es el mejor hasta la fecha, la nueva generación de jugadores quieren llegar a ser aún mejor. Juegan con enfoque profundo y hablan de conocer la importancia de la dedicación y el sacrificio.
“Tenemos asuntos pendientes. No tenemos más remedio que darlo todo. La Copa América se está jugando aquí en Chile con el mejor equipo que hemos tenido por lo que la responsabilidad es la de ganar. Nada menos,” dice Casanova, defensor de un equipo local de Sub-21.