Redacción juanfutbol
La sospecha que rodea a la elección de las sedes para los Mundiales de 2018 y 2022, otorgados a Rusia y Qatar respectivamente, ha alcanzado niveles máximos este viernes gracias a un hombre: Michael J. García, quien está a cargo del cuerpo de instrucción del Comité de Ética de la FIFA.
A pesar de que el escándalo se hizo mayúsculo a mediados de 2011, cuando se filtró un correo del secretario general Jerome Valcke, en el que se sugerían falta de limpieza en el proceso y sobornos a funcionarios del organismo, la resolución del mismo comité y las palabras de García han causado que esta estela de corrupción se agigante.
El juez alemán Hans-Joachim Eckert, encargado del órgano de resolución del Comité de Ética, determinó que el proceso de elección de sede para los campeonatos mundiales venideros había sido limpio, pero García refutó que el informe final pasó por alto la parte sustancial de su investigación, en donde se encontrarían irregularidades.
“La decisión del presidente de la cámara resolutoria del comité contiene numerosas representaciones incompletas y erróneas de los hechos”, aseguró en un comunicado el encargado del cuerpo de instrucción del organismo.
Eckert, por su parte, pareció 'sorprendido' por las palabras de su colega. “No he podido contactar a Michael, pero si algo no te gusta, normalmente hablarías con alguien internamente (antes de hacerlo público). Espero que sea un malentendido”, dijo a la agencia de noticias Reuters.
La amenaza para FIFA permanece latente, toda vez que según un reporte del diario español El País, García, abogado estadounidense, dio una conferencia en la Escuela de Leyes de Columbia en la que aseguró que podía actuar legalmente contra quien fuera dentro del organismo: “Aunque trabaje para ellos, el órgano que dirijo es totalmente independiente”.
Las cúpulas de poder comienzan una nueva lucha dentro de FIFA. Mientras algunos ex dirigentes como Jerome Champagne, quien es candidato para reemplazar a Joseph Blatter, han exigido que el reporte de García sea hecho público, la institución rectora del balompié mundial se ha absuelto e insiste en la limpieza de un proceso que parece condenado a tener una marca indeleble con las letras de la palabra corrupción.