Por: Roberto Quintanar
Domingo especial para la reconciliación definitiva entre futbolistas y tribuna. Monterrey quedó tendido en la cancha… los jugadores de Pumas por fin pudieron irse a descansar entre los aplausos de su aguerrida, fiel y exigente afición, una a la que se cansaron de decepcionar una y otra vez a lo largo de seis meses cada vez que se presentaban en el Olímpico Universitario.
Un público que, a pesar de todo, estuvo ahí cuando su equipo más lo necesitaba, que se comprometió a hacer su parte para impulsar a los suyos al triunfo más importante del torneo… una afición que ayer mostró su compromiso y espíritu universitario al llevar la protesta social a CU ya fuera lanzando gritos de “¡justicia!”, haciendo un conteo del 1 al 43 o portando playeras para recordar a los normalistas desaparecidos.
¿Qué mayor forma de recompensar a su afición tendría Pumas que vencer al América en cuartos de final? A pesar de partir como un claro 'underdog', Universidad llega con una tendencia positiva, contrario al cuadro azulcrema, que en el camino ha dejado sembradas muchas dudas que podrían florecer en el guión trágico que los líderes generales suelen protagonizar constantemente desde que se juegan torneos cortos. Hoy, más que nunca, las posibilidades son reales para los del Pedregal.
Sin embargo, los Pumas tendrán que luchar no únicamente contra la ventaja que América lleva en las apuestas… también tendrán que vencer a la historia, una que pone al equipo de Televisa como su peor pesadilla cada vez que ambos cuadros se topan en la liguilla. El equipo auriazul no sale avante de una serie contra los de Coapa desde 1991, cuando Ricardo Ferretti castigó a Adrián Chávez para otorgar a Universidad su título más memorable.
La primera experiencia amarga post-Tucazo se dio en la repesca del torneo 1995-1996. Los universitarios, entonces dirigidos por Ferretti, arribaron como sextos generales y eran favoritos para imponerse, pero América (a quien Marcelo Bielsa había dejado unas fechas antes y pasó al mando de Jorge Castelli) venció 2-0 en el Azteca para luego aguantar el 0-0 en Ciudad Universitaria y romper el pronóstico.
Después vino la semifinal del Verano 2002, la que quizá sea la derrota más dolorosa de los últimos 25 años para los universitarios. Para el pueblo auriazul, recordarla es como clavarse una estaca en el corazón, pues la herida no ha cerrado del todo y sigue punzante alimentando la sed de venganza. América se impuso 2-1 a Pumas en CU tras un empate a ceros en el Azteca. El cuadro de Lapuente llegó al título y los de Hugo Sánchez se quedaron con las manos vacías cuando los pronósticos los daban como amplios favoritos otra vez. Un error de Miguel España abrió una puerta que hasta unos minutos antes había estado cerrada… la puerta de la eliminación.
El triunfo americanista en la llave eliminatoria de cuartos de final del Clausura 2013 fue el menos sorpresivo. Los de Coapa, dirigidos por Miguel Herrera, desarrollaban un mejor juego que los Pumas de Antonio Torres Servín a pesar de los pocos puntos de diferencia en la tabla.
Tres tragos amargos… tres cuotas por cobrar. El público universitario exige a los suyos tomar revancha de aquellas afrentas. Los números dicen una cosa, pero la experiencia del ocho contra el uno dice otra. Cruz Azul ya fue víctima a manos de Universidad en dos ocasiones presentándose en una situación exactamente igual. La tendencia de los últimos partidos hace soñar a los del Pedregal con emular esos asaltos y noquear al más odiado de los rivales.
Será el ajuste de viejas cuentas o la continuación de una pesadilla. Los números ya no importan. Es Pumas contra América… es el deseo de revancha en la rivalidad más fuerte que regala la Ciudad de México. Para el cuadro auriazul, es hora de pagar a su público con la más dulce de las venganzas.