Por: Roberto Quintanar
Los números dicen que Pumas no merece liguilla. El desempeño del cuadro universitario ha sido bastante mediocre a lo largo del torneo Apertura 2014, y aunque es cierto que Memo Vázquez mejoró considerablemente el estilo y rendimiento de un equipo que daba pena bajo el mando de José Luis Trejo, algunas de las fisuras heredadas de la era pre-Vázquez siguen sin poder ser reparadas.
Este sábado, los universitarios se juegan las casi nulas posibilidades de avanzar a la fiesta enfrentando a un equipo igual de desesperado y que en la última década se ha convertido en un dolor de muela para el club del Pedregal: Cruz Azul.
A pesar de que ambos cuadros no han mostrado un nivel óptimo a lo largo del torneo, en las charlas se pone como favorito al equipo cementero por los últimos resultados entre ambos equipos. No es la primera vez que Pumas se enfrenta al cuadro originario de Hidalgo y hoy inquilino de la capital jugándose vivir o morir partiendo como el 'underdog', aunque en esta ocasión la diferencia entre ambos no es tan marcada como en aquellas ocasiones, mismas que nos remiten a buenos recuerdos para Universidad.
El reglamento permite a los auriazules seguir soñando a pesar de su mediocridad y de que no merecen ir más allá del torneo regular. Y el destino está más que puesto para dar una doble satisfacción para los Pumas: seguir vivos a costa de uno de sus más acérrimos rivales y dejarlos al borde de la eliminación.
Para el aficionado, sin embargo, es una dicotomía. Por una parte, está el ver al equipo compitiendo con los mejores a pesar de no haber sido uno de ellos; por otra, representaría una posible justificación para la permanencia de jugadores que nada tienen qué hacer vistiendo la camiseta de los universitarios.
La pregunta no es si Pumas puede vencer a Cruz Azul, algo que es muy posible aunque la numeralia diga lo contrario. La verdadera reflexión debería ser si al Club Universidad le conviene tener posibilidades y estar en la fiesta grande…
¿Al aficionado le importa más ver una urgente reestructuración o vivir una liguilla en donde todo puede pasar? Las combinaciones son muy complicadas, pero si se dan… ¿cuál sería el destino del club? ¿Habría coherencia en Toño Sancho y Memo Vázquez? Por ahora, para seguir respirando aunque sea débilmente, el primer paso es ganar un duelo que, si bien no es clásico, encierra una importante rivalidad. Sólo por ese motivo, se clasifique o no, para los del Pedregal es obligatorio devolver la sonrisa a su público.