Chicharito lo intentó, pero en esta ocasión se dejó el disfraz de héroe en la caseta. El mexicano apareció en la media hora final y puso una marcha más al juego de su equipo sin premio alguno. Javier Hernández y los suyos tuvieron la final en la mano, sin embargo, la Juve, con las ideas claras al máximo, leyó mejor el partido y dejó al héroe sin poder besar el césped del Bernabéu, tal y como hizo ante el Atlético.
La aparición de Chicharito fue recogida desde la gradas como uno de los pocos argumentos que podía llevar al Real Madrid a esa ansiada final de Berlín, pero una vez más la maldición del campeón le impide estar presente en el último partido de la competición y, claro está, repetir la escena de levantar la Champions.
Esta derrota puede ser definitiva para el futuro de Chicharito, incluso también para otros jugadores de la actual plantilla, así como para el propio Carlo Ancelotti. El Real Madrid cierra la temporada, salvo milagro, sin ninguno de los títulos que cuentan, de esos que los grandes se marcan como objetivo. Sin opciones en Champions, la Liga pasa por un milagro, algo que se puede decir del futuro de Chicharito como madridista y de Carletto.
El mexicano puede sentirse orgulloso de lo hecho. Llegó de puntillas y fuera de hora. Desde el primer día ha demostrado estar acoplado al vestuario, a la maquinaria de un equipo como el Real Madrid. El poblema con el que se ha encontrado el delantero es que Ancelotti no ha confiado en él hasta que no tuvo otra alternativa. Y el mexicano, cumplió.
Ante la Juve, la afición ha vuelto a demostrar que está con Chicharito, pero eso a día de hoy parece poco argumento para ver al mexicano vestido de blanco una temporada más. Un gol suyo hubiera dado vida al Real Madrid y hubiera sido un balón de oxígeno para su continuidad.
El futbol no fue justo con los de Ancelotti, pero este deporte no entiende de justicias y sí de aciertos, el que tuvieron Buffon y Morata, uno parando y otro marcando al que fue su equipo. Así es este deporte.