Por Nardo Záizar
Contrario a otros entrenadores que disfrutan de hacerse notar y piden cámara a gritos, el técnico de Santos es todo lo opuesto, pero eso no significa que se le ignore.
Lo que ha hecho Robert Dante Siboldi es para resaltar. Recibió un equipo desconfiado y desmoralizado por no ser protagonista en la liga, algo a lo que se acostumbró años atrás como asiduo aspirante al título y lo perdió en tiempos recientes. La amargura lagunera de varios torneos, se ha ido en el Clausura 2018.
Sin hacer ruido y sin reflectores encima, al más puro estilo sigiloso de la Pantera Rosa, mi buen Siboldi tiene a los laguneros como sublíderes generales. Aparte cuenta con el goleador del torneo hasta el momento, Djaniny. Si tomamos en cuenta que lo hace con un plantel que no es tan caro como el de otros clubes, mayor es el mérito.
Por si fuera poco, Robert Dante es un tipo que no busca robar importancia a los futbolistas, personajes principales del juego. Es discreto en su personalidad hacia medios y afición. Como quien dice: deja que su trabajo hable por él. Y por ahora habla bastante bien.