¿Se imaginan a Messi con los ojos rasgados y hablando como personaje de caricaturas asiático? Los coreanos sí. En dicho país buscan revivir las glorias del Mundial del 1966, su primera participación en el torneo donde llegaron a Cuartos de final, y para hacerlo han montado una extensa red de visorias dentro de la nación, con la finalidad de encontrar a un pequeño que pueda superar al astro argentino del Barcelona.
“De momento buscamos dominar Asia y, en un futuro próximo, espero que podamos dominar el mundo”, dice Ri Chang-Myong, hijo del portero de aquella selección que marcó una época su país.
Para lograr su objetivo y sacar a su propio “Lee- on el Messiung”, en esta nación decidieron abrir hace tres años una escuela de campeones, ubicada en Pyonyang, donde miles de chavitos van a probarse para ver si cumplen con el requisito.
Todo esto se debe a que el jefe de estado, Kim Jong-Un, consciente de la fuerza de propaganda del deporte, ha decidido usar el balón como una estrategia durante su mandato.