Cubano de nacimiento, pero mexicano por descendencia, destino y decisión, Randy Arozarena González fue la máxima figura de la Selección Mexicana de Béisbol, que se quedó a un paso de avanzar a la Final del Clásico Mundial de Béisbol por primera vez en su historia.

El jardinero izquierdo, quien nació el 28 de febrero de 1995 en la municipalidad de Mantua en la provincia de Pinar del Río en Cuba, volvió loca a toda la afición beisbolera del país, tanto por su carisma como por su enorme calidad en el diamante.

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Y es que el jugador de las Mantarrayas de Tampa Bay fue crucial durante la participación de México en el Clásico Mundial de Béisbol.

Randy Arozarena le pidió a AMLO la nacionalidad

Arozarena le pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador la nacionalidad, para poder jugar con México el Clásico Mundial.

AMLO, aficionado declarado al beisbol, dio la orden de nacionalizarlo y el resto fue una historia que Arozarena escribió con letras de oro.

Randy tiene una hija nacida en Mérida durante sus años en la Liga Invernal en Yucatán, además de que también jugó en los Toros de Tijuana y los Mayos de Navojoa, antes de dar el brinco a las Grandes Ligas con los Cardenales de San Luis y posteriormente a las Mantarrayas de Tampa Bay.

El mariachi Randy Arozarena, como ya se le dice en su natal Cuba, defendió a México a base de batazos y tremendas jugadas defensivas.

Ante Japón enloqueció a los fanáticos con otra atrapada espectacular, ahora robándole un cuadrangular a Kazuma Okamoto en la Semifinal.