Por Nardo Záizar
Dos técnicos extranjeros que han llegado al futbol mexicano para darle frescura con ideas y estilos que han favorecido al jugador nacional son Diego Alonso y Matías Almeyda. Ambos han sido campeones con sus respectivos equipos. Los dos coinciden en darle confianza al talento juvenil de nuestro país. Pero, ¿qué pasaría si intercambiaran de banquillo?
1.- Más títulos
Alguien que sabe trabajar bastante bien con chavos mexas es Alonso. El entrenador charrúa encajaría perfecto en Chivas, club donde podría forjar su proceso con combinación de elementos experimentados con chicos de fuerzas básicas. A mediano plazo le daría grandes dividendos a la institución con campeonatos. En contraste, Almeyda probaría la fortuna de mezclar futbolistas nacionales con extranjeros que, con base en su convicción de juego, conformaría un equipo que sin broncas sería protagonista peleándole títulos a Tigres, Monterrey y América.
2.- proyección de canteranos
Alonso gusta de atender al futbolista desde temprana edad para guiarlo hacia la mejor versión de si mismo. Ya tenemos de ejemplo a ChuckyDios. De estar en Chivas, las posibilidades de que mejores talentos progresen y trasciendan hacia el profesionalismo serían mayores. En lugar de un Chicharito Hernández podrían surgir tres Cacahuates Gómez. Almeyda, por su parte, con la parte de extranjeros y experimentados cubierta, enfocaría baterías en acoplar prospectos en el planten titular para que destaquen.
3.- continuidad
Ambos han contado con la confianza de sus directivas. Se han sabido ganar respeto hacia su trabajo. Alonso no sufriría de inconvenientes con el tío Vergara ni Almeyda con don Chuy Martínez. Habría fe ciega hacia cada uno sin la premura de sumar tres puntos con camión atrás en una primera jornada.
4.- idea de juego
Hombres de futbol, obsesivos e intensos con todo lo concerniente al balón, Alonso y Almeyda comulgan en brindar de conocimiento al futbolista. No solamente les piden que corran y pateen la pelota, sino que les inculcan a pensar, así como en saber por qué y para qué de cada cosa. Interesante sería ver cómo lo hace el uruguayo con puros mexicanos y el argentino con un plantel que tenga extranjeros.
5.- Comunicación
Rasgo positivo de la continuidad que se han ganado en sus equipos tiene que ver con la manera en que dialogan y transmiten con sus jugadores. No muchos entrenadores tienen paciencia a jóvenes o experimentados, pero ellos sí. El buen Diego sería un extraordinario Chivahermano en el vestuario, mientras que el Pelado se rifaría como un Tuzo jovial.