Por: Emilio Rabasa
Por un periodo de 162 años, Argelia, un país africano localizado al norte de África, vivió una dura colonización por parte de Francia. Separados solamente por el mar Mediterráneo, ambos países han vivido y compartido aspectos culturales desde hace ya mucho tiempo.
El país africano logró su independencia en 1962 luego de una cruel guerra. Los Acuerdos de Evian consumaron la victoria argelina. S25 años después, nació Karim Mostafa Benzema.
Nacido en Lyon, en la provincia Ródano- Alpes, este niño fue otro de los aspectos que compartieron ambos países. Sus padres, dos argelinos que emigraron a Francia después de la guerra, concibieron a Karim, sin pensar que el éxito se forjaría con el paso del tiempo hasta llegar a lo más alto.
El niño galo-argelino vivió una infancia extremadamente complicada. Su padre Halif, un hombre estricto y tradicionalista, obligó a Karim a estudiar en un colegio católico, sin muchas oportunidades para divagar o divertirse fuera del estudio. El chico encontró en su madre Malika al cómplice perfecto para poder realizar lo que más le gustaba: jugar futbol.
Otro de los aspectos adversos en contra de Benzema fueron sus raíces argelinas. Esto le causó muchísimos problemas al momento de interactuar con los demás niños, pues vivió una fuerte discriminación. Además, Karim siempre fue un niño obeso y su físico era un contraste importante al momento de ver sus cualidades técnicas.
Cuando Halif, su padre, se enteró de que su hijo se escapaba por las tardes a jugar, en un cambio radical, lo puso a dieta. Este niño era cosa seria; la gente de los alrededores hablaba maravillas de un pequeño gordo que hacía magia con el balón. La complicada situación económica de la familia fue el despertar del padre para permitirle de lleno jugar futbol, pues en él había encontrado una mina de oro.
Un equipo regional de su pueblo natal, el Bron Terraillon S. C, comenzó a entrenar al chico. Al poco tiempo, ojeadores de uno de los clubes más grandes de Francia, el Olympique de Lyon, se interesaron en sus servicios y no dudaron ni un segundo en ficharlo. Con sólo 9 años, Karim ya pertenecía a un club de renombre internacional
Alain Perrin, técnico del club francés, optó por debutar a Benzema en el año 2004 junto a importantes jugadores franceses de la talla de Florent Malouda y Sylvain Wiltord. El joven galo-argelino se presentó con el dorsal número 10. “Este chico dará mucho de que hablar, lo afirmo desde ahora”, expresó en varias ocasiones el estratega por aquellos días.
Los jugadores que pertenecían en ese momento al Lyon se burlaban de él, pues consideraban que no tenía el talento para pertenecer a la plantilla. Después de sus primeros partidos de titular, decidido y aguerrido entró al vestuario para decir a sus compañeros: “Ríanse, porque he venido a quitarles el puesto”. Poco tiempo después mandó a la banca al experimentado delantero checo Milan Baros.
El joven comenzó a hacerse de un nombre importante, debutando en Champions League, siendo partícipe de los siete títulos al hilo que ganó el club de la ciudad de Lyon, entre otros premios que iba coleccionando a su temprana edad.
Karim siempre hablaba de su ídolo: Zinedine Zidane, un hombre que para él, había cambiado al fútbol por completo con su magia, su visión, sus regates y, sobre todo, su inteligencia.
Fue justamente Zidane quien, sabiendo del potencial de su compatriota francés, habló con el presidente Florentino Pérez para fichar cuanto antes al delantero en el Real Madrid. Previamente el Manchester United, había comenzado las negociaciones para llevarse al joven artillero que prometía mucho.
Pérez, a sabiendas del interés por parte de los “Red Devils”, no dudó en hacerle caso a “Zizou”, por lo que acudió personalmente a casa del joven. En una reunión de no más de dos horas, Karim Benzema había aceptado con un sí absoluto la posibilidad de llegar a un gigante como el Real Madrid. El United se quedó con las ganas de fichar a uno de los delanteros mas completos del momento, siendo Zidane uno de los protagonistas principales en la contratación. Era 2009.
El resto es historia. Karim es hoy uno de los mejores delanteros del mundo y suma éxitos con el cuadro merengue. Con su selección quedó fuera por problemas personales con el entonces entrenador Raymond Domenech, quien lo apartó de la lista final de Sudáfrica 2010; sin embargo, el fútbol y la justicia le dieron revancha y fue parte clave de la expedición francesa en Brasil 2014, portando el número 10 y llevando la carga de los goles en sus espaldas.
Pero, así como su niñez, Benzema no ha tenido una carrera fácil, pues siempre ha estado cerca de los reflectores y no precisamente por cosas tan buenas.
Varios periodistas lo han calificado de ególatra y arrogante por su negativa a dar entrevistas y declaraciones, situación que lo a alejado de los medios. Además, ha sido severamente criticado por no cantar en ninguna de sus intervenciones con la selección francesa, la Marsellesa. “No tengo por qué que cantar el himno; eso no significa que me guste más o menos la selección. Nunca lo he cantado en mi vida y no lo voy a hacer ahora” declaró al respecto.
En abril de 2010, Karim fue acusado de mantener relaciones sexuales con una prostituta francesa de 16 años, situación que involucró también a su compatriota Frank Ribéry. Sin embargo, y afortunadamente para ambos, el caso se esclareció y fueron declarados inocentes.
Su padre Halif, quien se oponía estrictamente al fútbol, hoy es su promotor y representante. Su firmeza sigue vigente y al día se ocupa de que su hijo no malgaste el dinero.
El “Gato” así apodado por diversos medios y por uno de sus entrenadores, José Mourihno, vive hoy un momento dulce en su carrera. Delantero titular del Real Madrid con hambre y garra, que no sólo anota sino también asiste… un fuera de serie, un híbrido más de las culturas francesa y argelina.