Por Leo Salazar
De seguro es una broma. No puede ser que se le otorgue la máxima distinción deportiva nacional a Javier Hernández en este 2017. ¿Como por qué?
Si nos atenemos al año que ha vivido como futbolista está lejos, muy lejos de ser merecedor de premios y galardones. Ya no digan como atleta, sino como deportista. Ha sido uno de los peores años de su vida como delantero a nivel de club y selección nacional. Nomás recuerden que desde el 17 de febrero tuvieron que pasar tres meses para que volviera a hacer un gol con Bayer Leverkusen, equipo alemán que no opuso resistencia al final de temporada para que Chicharito buscara mejor suerte en otra liga. Y el mexicano optó por retornar a la Premier League con West Ham, equipo donde no destaca ni luce.
A ver, ¿qué ha hecho en sus últimos 365 días como para incentivar con el Premio Nacional del Deporte su trayectoria activa? Si nos atenemos a su participación con la selección menos comprensible es la situación. No es por criticar, pero sus únicos tres goles importantes en partidos oficiales fueron contra Costa Rica (eliminatorias), Portugal (Copa Confederaciones) y Trinidad y Tobago (eliminatorias). ¡Messi anotó tres en un mismo juego y puso a Argentina en la Copa del Mundo! Eso sí es para reconocerse, ¿o no?
Inexplicable. Idolotramos y queremos a ChichaDios, pero honor a quien honor merece y en esta ocasión no le corresponde a él. Bueno, no toda es su culpa. Que no le haya ido bien en este 2017 es distinto a la preferencia de quienes votaron para distinguirle con un reconocimiento inmerecido hoy día para su carrera.
Para entenderlo con un arte como el cine, casi idéntico al deporte, es algo como lo que sucedió cuando Tommy Lee Jones ganó el Óscar a Mejor Actor de Reparto por El fugitivo y los perdedores fueron Ralph Fiennes con La lista de Schindler, Pete Postlethwaite con En el nombre del padre, John Malkovich con En la línea de fuego y Leonardo Di Caprio con ¿Quién ama a Gilbert Grape?
En resumen: la película ya la vimos. ¡Fue ridícula! Ni hablar, la historia se repite y el protagonista actual es Javier Hernández. El show debe continuar, ni modo.