Primer examen para el Real Madrid de Benítez y un simple Atlético, sin orden ni identidad, fue capaz de quitar dos puntos al equipo blanco casi sin querer. No se puede decir que el técnico del Real Madrid haya quedado tocado tras el empate, pero sí que hay cierta decepción alrededor de alguna de sus decisiones y de esa actitud poco ambiciosa mostrada por su equipo.
No es normal que en un equipo como el madridista sus hombres más destacados sean el portero, el lateral derecho y el medio centro defensivo. Eso dice muy poco de un equipo que jugó una aceptable primera mitad y que en la segunda se limitó a ver pasar el discurrir del tiempo sin más.
Enfrente tuvo al peor Atlético de la época de Simeone como entrenador rojiblanco. El argentino no acierta con el once tipo y los constantes cambios a los que está sometiendo a su equipo desorientan a todos. Poco futbol, menos garra y escasa conexión con la grada, algo extraño con el Cholo como entre sofá. Tanto es así que durante muchos minutos no parecía que nos encontráramos en el Calderón.
Al menos el Atlético le puso ganas y cierta dosis de fe. No hay que dar la espalda a la realidad de que el gol nació de un fallo de Arbeloa, jugador que sobra esta temporada vestido de blanco, pero al menos insistían en el intento de sacar petróleo donde no había más que un futbol bastante pobre. El premio llegó con el gol de Vietto, que bien pudieron ser dos de no aparecer la mano salvadora de Keylor Navas en el último minuto tras un disparo de Jackson Martínez. Y es que el portero de Costa Rica ha pasado a ser el nuevo héroe blanco. Curioso cuando el pasado 32 de agosto, tenía el pasaporte en la mano.
El patrón de selecciones llega para los dos equipos, sumergidos en dudas. No parecen encontrar una idea clara respecto a lo que quieren sus entrenadores. Curioso en el caso Atlético por aquello de la llegada de Simeone, pero parece que los fichajes no acompañan como deberían. En el del Real Madrid se trata más de filosofía que de otra cosa y ante el Atlético faltó ambición. Si lo dudan pregúntele a Benzema, que una vez más fue sustituido y se marchó enfadado, como todo el madridismo.
Notas relacionadas:
El derbi madrileño termina empatado