Desde que Andre-Pierre Gignac llegó a Tigres, ha crecido un amor mutuo entre la afición universitaria y el francés. Además de ser un goleador nato y ayudar al equipo a ganar un campeonato, el exjugador del Marsella es sencillo y humilde; incluso dedicó un gol que hizo con la Selección de Francia a la porra de Tigres: Libres y Lokos.
Pero el amor entre Gignac y Tigres va más allá, y el hermano del francés, junto con su padre, han dedicido plasmarlo en su piel. Ambos han decidido tatuarse el logo del club norteño para demostrar el cariño que sienten y el apoyo incondicional al equipo que tan bien ha recibido a Andre-Pierre Gignac.