Hoy vemos a Donald Trump como candidato a la presidencia de Estados Unidos. Pero esto no siempre fue así. Su interés alguna vez estuvo enfocada en otro ámbito. Uno muy popular en el país de las barras y las estrellas.
Trump casi no habla de ello y cuando le preguntan se enoja, como un niño pequeño al que le preguntan por la novia, y el solo pensar en ello, le molesta.
Durante 1984, el futbol americano empezó a superar al béisbol como el deporte más popular en Estados Unidos. La NFL, comercialmente hablando, crecía a pasos agigantados. Pero era, y es, una liga muy corta. Así que un grupo de empresarios decidió crear otra. Una que durara más. Que no compitiera con la NFL. Sus partidos se jugarían entre marzo y julio, durante la primavera. Las cadenas de televisión ABC y ESPN serían sus patrocinadores.
Dicho proyecto empezó con 12 equipos, los cuales, en su mayoría, compartían estadios con los de la NFL.
Su primera temporada se jugó en 1983 y los partidos fueron vistos por más de 25 mil personas. El hecho de que prevaleciera el juego aéreo hizo que, eventualmente, se fueran uniendo jugadores de calidad.
Esto llamó la atención de Trump, quien pagó 9 millones de dólares por los New Jersey Generals. Sin emargo, tenía otros planes. Él sí quería competir con la NFL.
Con Trump, el cielo era el límite. Su equipo gastó mucho dinero en fichajes y se buscó traer a jugadores de la otra liga, pero ahí fue donde estuvo el error. Era 1986 y muchos equipos se empezaron a retirar por sus bajos ingresos monetarios.
En un intento fallido por tumbar al “gigante”, a Trump se le ocurrió demandar a la NFL por monopolio. Perdió la demanda y todo se vino para abajo. Se cayeron los contratos de TV y el proyecto se tuvo que suspender. La liga quebró.
Antes, la ambición de Donald Trump era el futbol americano. Ahora apuesta por la presidencia de Estados Unidos.