Por: Raúl Cárdenas.
Everton Cardoso, Kikín Fonseca, Omar Bravo y Sebastián González son algunos de los grandes fichajes que Tigres anunciaba hace algunos años. Sus transferencias y sueldos eran altos, pero su nivel en la cancha siempre fue bajo. Hoy, los universitarios se coronan campeones gracias, en parte, a una nueva manera de elegir a sus refuerzos.
En la actualidad, los norteños han apostado por jugadores con experiencia comprobada. Simplemente los refuerzos de los últimos torneos (Sobis, Aquino, Damm, Nahuel, Gignac, Pizarro) fueron parte importante para conseguir su cuarta estrella.
André Pierre Gignac es el claro ejemplo de ello. Su costo fue sumamente alto, según diversas fuentes su sueldo es de cuatro millones de euros anuales, incluso demasiado elevado para la mayoría de los clubes mexicanos. Pero su contratación fue vista cómo un complemento de lo futbolístico. Es el jugador con mayor cártel que ha llegado al futbol mexicano en los últimos años, además de que se volvió inmediatamente en un ídolo para la afición, y por consiguiente en un excelente producto para Tigres.
Los felinos tienen la más plantilla más cara del futbol mexicano, aproximadamente vale 56.2 millones de dólares según cifras de Transfermarkt. Pero la inversión ya los llevó a dos finales, Libertados y Liga MX, y este título del Apertura 2015. Los Tigres marcan tendencia y enseñan a los otros clubes del futbol mexicano que hay que saber gastar en los jugadores necesarios, no como Cruz Azul o Monterrey.