Ya lo había hecho Benítez con su Liverpool, cuando enfrentaron al Milán en una recordada final de la Champions. En esa ocasión, el técnico español habló con sus jugadores en el vestidor, y de ir perdiendo 3-0, pasaron a empatar el partido, para ganarlo después en los penales. Pues bien, en una gesta heroica más reciente, el América de Nacho Ambríz remontó un tres a cero en contra para vencer al Cruz Azul en el clásico joven.
Sucedió así: al medio tiempo, América se encontraba abajo en el marcador. Un tres a cero es una desventaja difícil de remontar, y cuando el árbitro pitó el final de los primeros 45 minutos, los jugadores se fueron al vestidor esperando un regaño por parte de su técnico. Pero estaban muy equivocados. Lo que recibieron no fueron represalias, según confiesa Moi Muñoz
Sea lo que fuere, las palabras de Ambriz lograron reanimar al equipo. Y para la segunda parte, el América fue otro. Algo así como el Liverpool de 2005, que venció al Milán en la final de la Champions.