Por: Roberto Quintanar
El nombre de Carlos Reinoso ha vuelto a tomar un lustre que hacía mucho tiempo no tenía. Lejos de aquellos días en los que su figura desataba más polémica que comentarios futboleros, el entrenador chileno hoy ha configurado un equipo de Veracruz que llena la retina del público más allá del Luis “Pirata” Fuente.
El “Maestro” ha sabido qué hacer con sus refuerzos y cómo sacar todo el jugo a cada uno de los jugadores de la plantilla jarocha. Mientras Julio Furch y Gabriel Peñalba han caído con el pie derecho, un Daniel Villalva comienza a mostrar lo que de él se esperaba cuando arribó al Puerto luego de un torneo muy irregular; al tiempo que Melitón Hernández da seguridad en la portería, Édgar Andrade se revitaliza en el medio campo. Todo esto es obra del entrenador.
Todo marcha viento en popa para los Tiburones. La afición cree en su equipo y éste le corresponde con algo más de lo que en un comienzo se esperaba.
El objetivo principal, en palabras del cuerpo técnico escualo, sigue siendo la salvación. Pero es obvio que no se puede evitar que el público sueñe. Tal vez no sean los tiempos de Jorge Comas o de aquel líder general comandado por Cuauhtémoc Blanco, pero este cuadro ha demostrado que tiene potencial para ir por el título.
Reinoso prometió irse si no sumaba siete puntos en las primeras tres jornadas. Hoy, aunque sea momentáneamente, tiene a su equipo en la cima de la tabla. Así de seguro estaba el “Maestro” de las capacidades de su equipo. Ahora los objetivos más ambiciosos, aunque él no se atreva a decirlo.