La obsesión por Pokémon Go ha llegado demasiado lejos. Godínez que se salen en horas de trabajo a buscar un Pikachu, taxistas que ofrecen safaris Pokémon y atletas que gastan medio millón de yenes por jugarlo en Río de Janeiro…
Bueno, eso último no es tan común, pero sí pasó. Es el caso del gimnasta Kohey Uchimura, quien recibió una factura cercana a los cinco mil dólares de roaming, todo por quedarse picado jugando Pokémon Go en Brasil.
Parece que el atleta está más preocupado por regresar a casa con un Pokémon raro que con una medalla.