Por Rafael Ávila
Martín Palermo y su asistente Roberto Abbondanzieri fueron oficializados con Pachuca este día, dos grandes estrellas Xeneizes quienes, a pesar del tiempo transcurrido, aún tienen cuentas pendientes con equipos mexicanos, Pumas y Chivas para ser precisos.
Con Pumas la deuda por saldar es aquella final de la Sudamericana en la que, como suele pasar, el arbitraje hizo diferencia a favor de los Xeneizes. Cuando Pumas había emparejado el marcador global y se sentía que estaba a unos minutos de darle la vuelta a Boca, vino una jugada de mano a mano entre Ismael Íñiguez y Abbondanzieri, el Pato cometió una flagrante falta sobre Íñiguez que ameritaba expulsión pero solo fue amonestado. A la postre el portero argentino anotó el penal con el que Boca se coronó.
Con Chivas la historia es más que conocida. En Guadalajara el Rebaño dio cátedra de buen futbol y goleó a los Xeneizes que para la vuelta convirtieron el partido en una locura. Invasión del terreno por parte de los aficionados, patadas arteras por todos lados que no fueron castigadas y para colmo, un escupitajo del técnico de Boca al Bofo Bautista que los trajo locos toda la eliminatoria; Martín Palermo lo encaró y el árbitro decidió echarlos a ambos. Por fortuna aquí los mexicanos eliminaron a los argentinos con todo y su juego sucio que suelen aplicar cada que pierden.
Con estos antecedentes, los Tuzos deben tener cuidado, primero porque Pumas estrenará a Palermo en la jornada cuatro y segundo porque Chivas los visitará en la jornada ocho, ambos van por revancha con los argentinos, vaya que se las deben y se las cobrarán, deportivamente, claro.