Por: José Félix Díaz (Colaborador en Madrid, España)
Nuevo gol de Chicharito y un nuevo triunfo del Real Madrid, el décimo consecutivo. No le hace falta tener una ocasión, las crea el solo. Casi sin querer y encontrándose con el balón cuando se incorporaba desde el suelo, el delantero se fabricó un gol para no fallar en su cita con los tres palos. Con el tanto logrado ante el Cornellá, al ex del Manchester United solo le falta marcar en Champions para conseguir el pleno como madridista, Mientras, el equipo blanco sigue sumando victorias y goleando; en esta ocasión, uno a cuatro.
No estaba siendo el partido de Chicharito. El juego del Real Madrid no invitaba a crear esas ocasiones con las que el mexicano se siente feliz. Los goles, ambos logrados tras sendos saques de esquina perfectamente rematados por Varane, eran el fiel reflejo de que las jugadas de gol no llegaban por la vía que más le gustan a Chicharito, es decir, con el balón sobre el piso y tras jugada colectiva.
Hernández tuvo que esperar hasta los primeros minutos de la segunda parte para tener la primera ocasión y batir a Segovia. Se la inventó el mexicano y no falló. Se sacó un tiro raso buscando el poste. Flojo pero colocado. Sutil al máximo. El toque fue suficiente para sentenciar el partido y acercar al Real Madrid a los octavos de la Copa del Rey Felipe VI.
El Cornellá, equipo de Segunda B, ha visto como con la visita del Real Madrid le ha reportado la gloria mediática y económica. Y es que en un partido, que se jugó en el estadio del Espanyol, ha recaudado tanto como señalan los 700.000 euros de presupuesto que tiene el club catalán. Fiesta total con mayoría blanca en la grada.
Poco importaba el resultado. El objetivo del Cornellá era disfrutar y que el equipo no desentonara ante un Real Madrid cada día más seguro y contundente, tal y como certifican las diez victorias logradas tras el fallo de Anoeta de los primeros días de temporada. Los cuatro tantos, dos de Varane, Marcelo y el mencionado de Chicharito, certifican la diferencia que existe entre un Segunda B y un Real Madrid que jugó a medio gas, pero lo suficiente bien para ganar y dejar casi sentenciada la eliminatoria.