Por Rubén Ramos
A lo largo de la historia, los Mundiales nos han regalado una gran cantidad de acontecimientos que se recuerdan en cada nueva edición. Desde grandes proezas, errores garrafales y hasta bloopers, esos que son buenos para sacarnos una sonrisa. Existe uno en particular que bien podríamos calificar como el más famoso de todos.
Brasil jugaba contra Zaire, hoy en día el Congo, en Alemania 1974. Quedaban poco más de 20 minutos para terminar el partido, el árbitro marcó una falta y Rivelino platicaba con sus compañero sobre que harían para ejecutar esa jugada. La barrera era acomodada por el silbante cuando sucedió ese momento que arrancó muchas risas entre los aficionados.
Todos los que estaban en el estadio del Gelsenkirchen se quedaron muy sorprendidos, Muepu Ilunga de repente se adelantó a la barrera y pateó el balón lo más lejos posible cuando Nicolae Rainea apenas había pitado para reanudar el juego. Su acción le provocó al de Zaire la tarjeta amarilla.
LA RAZÓN DE SU ACCIÓN
Como sabemos la regla dice que una vez que el árbitro pita, hay que esperar a que se mueva el balón para intentar recuperarlo. Todos se burlaron de Ilunga porque pensaban que no conocía el reglamento y por eso lo hizo, dieron por hecho que al escuchar el silbatazo, el jugador actuó por ignorar la regla. La realidad fue narrado por este muchacho años después, algo muy alejado de las suposiciones.
El ya fallecido jugador narró que esa acción la hizo con toda la intención porque sabía que no tenía caso jugar para que los demás los vieran como el hazme reír, por la manera en que los había derrotado Yugoslavia (perdieron 9- 0) y después lo hacía Brasil. Buscaba la expulsión, pero para su mala fortuna solamente consiguió la amonestación.
LA HISTORIA DEL PARTIDO CONTRA YUGOSLAVIA
Las molestias de aquella selección contra el dictador de ese país Mobutu, probablemente fueron la razón de aquella triste participación en Alemania. Al pasar de los años se ha manejado la versión de que tal vez perdieron contra los yugoslavos a propósito, ese 9 – 0 tuvo muchos momentos raros. Cambiaron de portero a los 21 minutos sin haber alguna lesión de por medio y el mismo Ilunga buscaba su expulsión desde ese juego al patear al árbitro, pero el colombiano Omar Delgado expulsó por error a su compañero Mulamba.
Esa derrota también les costó una amenaza de muerte de parte del dictador, pero la neta no tenía cara de reclamarles después de no cumplirles con los premios por ganar la Copa de África, además de calificar a ese Mundial. Todo se sobredimensiona porque contra Escocia en su primer partido, perdieron 2-0, ahí tuvieron un mucho mejor desempeño.
Zaire no volvió a jugar una Copa del Mundo, pero esa cuestionada acción quedó grabada para la historia, la misma FIFA se preguntaba qué fue lo que pasó.
Los Leopardos son un equipo ya olvidado, pero Ilunga y su particular jugada sigue en boca del mundo cada cuatro años. A más de cincuenta años de que esa acción sigue acompañada de risas, tal vez deberíamos ponernos en el lugar de una selección que fue maltratada por un dictador.