Por Alejandro Miranda
América es un equipo que siempre está obligado a pelear por la Liga, pero desafortunadamente, al igual que el torneo pasado, no gusta la manera en que juegan. En el Clausura no clasificaron a la Liguilla y en éste aunque ya aseguraron su lugar, su idea de juego es la misma, seca, sin ansias, y eso que ya tienen de nuevo a su Piojo.
1. Demasiadas tarjetas
El Ame es un equipo que defiende su prestigio e historia, pero a veces no de la mejor manera. Tienen exceso de tarjetas, que los hace desconcentrarse por el riesgo que conlleva estar amonestados.
Ejemplo es Guido Rodríguez, el ex de Xolos pierde la cabeza muy fácil y su juego es brusco. Cinco tarjetas amarillas y 2 expulsiones son prueba de ello. Esto produce un cambio en el parado táctico y los cambios rápidos, sobre la hora, por lo regular no tienen buenas consecuencias.
2. El Piojo
Si bien a dicho que le viene bien estar con las Águilas, debemos admitir que no es como antes. Como en las películas las segundas partes nunca son buenas. Su equipo no se compara al de 2013. En este torneo Herrera llegó con la idea de que podría hacer lo mismo, entrenar, dirigir y ¡PUM! obtener 3 puntos cada fin de semana. Su mentalidad ha cambiado y no queremos pensar que es para mal.
3. Más arrimones que goles
Derivado del declive táctico, América, poco a poco pierde el olfato goleador, y eso que cuenta con Oribe y Cecilio como sus killers. Tenemos un equipo sin gol ni variantes, tanto, que en los últimos 3 partidos de liga sólo cayó un gol, pero eso sí, 3 arrimones de Pablo Aguilar a Darwin.
4. Inconsistencias en el funcionamiento
Ya lo hemos visto muchas veces con este equipo. América es un plantel que al principio nos sorprende con su toque, su juego, la pasión, pero conforme avanza el torneo, se va diluyendo, bajan su nivel y el funcionamiento no es igual. Será exceso de confianza, cansancio, desesperación o el hecho de representar a una institución grande ¿o ustedes no la sentirían?
5. La afición
Pueden decir que son la más numerosa, pero la afición de este equipo desaparece cuando más los necesitan. No pueden tener un mal partido por que se van en contra. Para muestra las entradas ante Queretaro y Necaxa. La afición dejó en solitario el Azteca y a su equipo en ambos encuentros, ganaron uno y perdieron otro. Así como los jugadores aportan, los aficionados deben hacer lo mismo y estar en las buenas, pero sobre todo en las malas.