El Estadio Nemesio Diez fue testigo de una de las páginas más vergonzosas en la historia del Toluca. Los Diablos Rojos firmaron un auténtico papelón al dejarse eliminar de la Concachampions por el Herediano de Costa Rica, en un partido que dominaban 2-0 y que terminaron perdiendo 2-3.

La soberbia mató al Toluca

Increíblemente, el ridículo se consumó en su propia casa ante unos 15 mil espectadores atónitos. Toluca pecó de soberbia y altanería tras los dos goles de la primera mitad, creyendo que la llave estaba liquidada. Pero se toparon con un Herediano que dio cátedra de coraje y mentalidad ganadora.

Los Diablos salieron con todo desde el silbatazo inicial. Rápidamente, al minuto 5, Isaís abrió el marcador con un potente zurdazo para delirar a la hinchada local. Toluca se adueñó de las riendas del partido, mientras Herediano no encontraba cómo reaccionar. Todo hacía indicar que sería una noche plácida para los pupilos de Renato Paiva.

Al 45′, el Canelo Angulo firmaba de zurda el 2-0 parcial que parecía sentenciar la serie. Los choriceros se fueron al vestidor saboreando la clasificación y pensando en octavos de final. Ahí estuvo el primer error fatal: subestimar a un rival que ya los había complicado en Costa Rica.

Los fantasmas aparecieron en el Nemesio Diez

En el complemento se desató una tormenta sobre Toluca. Los cambios de Altamirano resultaron certeros, mientras Paiva no reaccionaba. Al 57′ un contragolpe fulminante terminó con un zapatazo de Andy Rojas para el 2-1. Los fantasmas comenzaron a aparecer en el Nemesio Diez.

Pero la pesadilla recién empezaba. Al 62′ el ingresado Francisco Rodríguez puso el 2-2 que silenció al estadio. Toluca se desmoronaba ante un Herediano que crecía a pasos agigantados. Paiva seguía petrificado en el banco, incapaz de encontrar soluciones. La tragedia choricera estaba servida.

Y al 84′, el también suplente Joshua Canales, con un férreo cabezazo, sentenció el 2-3 y la épica remontada tica.

Toluca estaba fuera, eliminado en medio de insultos y reproches de las tribunas. La imagen de Paiva quedó seriamente dañada.

Los interminables 9 minutos de descuento no cambiaron la historia. El ridículo ya era mayúsculo e irreversible. Un bochorno que quedará grabado a fuego en el lamento escarlata. La eliminación más humillante que se recuerde para un Toluca irreconocible, que naufragó de manera increíble ante un Herediano que escribió una página dorada en su historia.