“No esperemos que en una campaña de una semana o un mes se haga”, aseguró durante la semana Eduardo de la Torre. Y se equivocó. Al menos en el partido contra Pachuca, teniendo a Óscar Conejo Pérez como rival se terminó el “eeeh, puto” en el Estadio Azul.
La afición decidió que su directivo podía no tener la razón y el grito no se escuchó el sábado por la tarde. En su lugar sonó un efusivo “eeeeh, Azul”. La fanaticada respetó y por una tarde y ante un rival querido no manifestó lo que algunos entrenadores calificaron como una expresión “folclórica”.