Los albicelestes tuvieron otro mundial para el olvido. Entre rumores, peleas y malas actuaciones se fue diluyendo una generación de futbolistas que pintaban para marcar época por las grandes actuaciones que podían tener, lo malo fue que lo hicieron por no trascender en los torneos internacionales.
De acuerdo al diario Clarín, no sólo el equipo estaba roto, también en el cuerpo técnico existía una fisura que jamás pudieron arreglar. Sampaoli escuchaba mucho a Messi, hasta en un altar lo había colocado para conseguir algo bueno en este Mundial, sin embargo su auxiliar no estaba nada contento con estas cuestiones.
Sabía que debían tener mano dura, tomar en cuenta lo que decía Lionel pero hacerle saber que las decisiones las tomaba el DT y sus asistentes, no él y sus compañeros. Pero lo único que logró fue echarse encima al 10 de la Selección Argentina, quien le hizo saber al técnico que no quería tener comunicación con el auxiliar. Cosa que aumentó el disgusto entre Sampaoli y Beccacece.
Messi pesó más en las decisiones técnicas que en la cancha, y hasta se daba el lujo de decidir quién entraba a jugar y que otros no lo harían. El duelo contra Croacia fue clave para hacer más que evidente que el equipo estaba destrozado, no por la derrota sino porque no había quien lo comandara ni afuera ni adentro del campo. Sampaoli y Beccacece pudieron irse a los golpes, pero los jugadores intervinieron.
Pero no todo fue culpa de Messi, el entrenador o su asistente. El equipo no mostró ganas de jugar, no arroparon al cuerpo técnico ni al capitán. Por eso merecieron irse temprano de la justa mundialista.