Por: Roberto Quintanar
La fuerte crisis no es novedad. Pumas sigue cosechando la carencia de un proyecto serio que acusa desde aquella ruptura entre Guillermo Vázquez y Mario Trejo. Son ya muchos años de arrastrar el prestigio y no encontrar una verdadera brecha de luz.
En los últimos tiempos, Pumas se ha basado en bomberazos para rescatar lo poco que puede. Eso significa que las luces que Universidad ha visto al final del túnel han sido lámparas a las que después de un corto tiempo se les acaba la batería tras caminar hacia ellas buscando la verdadera salida.
Por ese motivo, Jorge Borja se decidió por la llegada de Antonio Sancho y el regreso de Vázquez. La idea de buscar enderezar una nave con ya muchos parches fue lo que motivó a la directiva a confiar en dos de sus hijos pródigos.
Pero el problema no se ha resuelto: si existe un proyecto que se va cimentando, algo no anda bien cuando la apuesta en el corto plazo para dar un colchón a la recuperación de la identidad no funciona como debería.
Vázquez no ha encontrado la luz hasta ahora. Los refuerzos y la columna vertebral que eligió no responden. El error se hace evidente semana tras semana, pero… ¿qué mensaje se enviaría con la salida del DT? El mismo de siempre: un club sin estabilidad.
La de Pumas no es una crisis en la cancha. Es una crisis institucional que lleva mucho tiempo y ha convertido a uno de los semilleros más importantes del futbol nacional en un muerto viviente.
Memo no ha pensado en dejar su cargo. Sea cual sea la consecuencia de esto, por lo menos existe una congruencia que desde hace torneos no hay: la continuidad. Sin embargo, la afición presiona cada día más con justificada razón al ver en la cancha un desastre total y el fantasma del descenso para el próximo ciclo comienza a hacerse presente.
La directiva de Universidad tendrá que sopesar esta situación: volver a lo mismo de siempre e ir por un bombero o arriesgarse a que Memo rescate una nave que tiene más de una avería y se hunde rápidamente. Si se va por lo segundo y llegan los resultados, Pumas vería la verdadera luz por vez primera en muchos años: un proyecto estable. Pero los resultados deben llegar rápidamente. El tiempo se acaba.