Por Rodrigo Juárez
Pumas vive un gran momento. El Proyecto del presi Ares de Parga comienza a dar frutos. También empiezan a formarse nuevos ídolos, o al menos referentes como algún histórico, este es el caso de Fernando Quintana, quien ha declarado que quiere ser el nuevo Darío Verón, algo que no es tan descabellado.
Heredó su número
Con la polémica salida del capi Verón, Quintana tomó el histórico dorsal que hasta el momento lo ha defendido con buenas actuaciones. Parece que la magia del número se transmite al que lo usa.
Fue capitán con la Sub-20
No desconoce el liderazgo. Sabe portar el gafete que distingue al líder de un equipo. Tiene idea de cómo echarse todo un compromiso colectivo al hombro sin miedo.
Aprendió todo de Verón
Estuvo muchos años a la sombra del paraguayo, pero le exprimió conocimiento de juego y de mando. Poco a poco lo demuestra como un patrón de su zona fajándose con autoridad ante equipos como Tigres y América.
Se identifica con la institución
Siente y ama los colores, está enamorado del club. Es canterano, así que ubica perfectamente la responsabilidad que implica defender con honor la camiseta que tantas glorias ha dado al futbol mexicano.
sufrió para llegar
Quintana la pasó mal para ser titular en Pumas. Con defensas de calidad como Alcoba, mi Fercho veía lejanas las oportunidades. Pero aguantó y hoy tiene su recompensa. Forma una mancuerna increíble con Alejandro Arribas, dúo que se consolida como una muralla difícil de dañar.