Pep Guardiola volvió a la sala de prensa del Camp Nou, por primera vez como técnico rival, para enfrentarse a los cuestionamientos sobre su pasado defendiendo la camiseta blaugrana desde el banquillo. Pero hoy eso no es tema de su interés, llegar a Berlín es lo único en su mente.
La pregunta obvia sobre la reacción ante un gol de los bávaros en ese césped, obtuvo una respuesta también predecible tratándose de él, porque el respeto y la estima no tienen que ver con el festejo de una anotación vital para sus aspiraciones. “Quiero eliminar al Barcelona, trataré de encontrar la manera de que mi equipo marque mañana un gol porque si no marcamos, será imposible estar en Berlín y quiero estar en Berlín”.
Messi tendió la pauta, fue respetuoso y recordó la época de gloria con Guardiola bajo el mando. Pero no tuvo miedo en separar sus sentimientos y centrarse en la importancia del juego que podría llevarlos de nuevo a una final de Champions League. A pesar de que el técnico español fue motivo suficiente para su regreso ante las cámaras y micrófonos en la sala Ricard Maxenchs.
Guardiola conoce bien al argentino y sus declaraciones delatan el temor de tenerlo esta vez como amenaza.
Así como Luis Enrique negó que las lesiones puedan servir de justificación tras una posible derrota, Guardiola evita lamentarse antes de tiempo y se ocupó de destacar sus conquistas: “Si nos hubiéramos quejado de las bajas ni estaríamos aquí, ni hubiéramos ganado la Bundesliga, ni hubiéramos llegado a la semifinal de la Copa”.
Por si alguien dudaba, Pep aseguró el espectáculo de su lado: “Cero a cero no terminamos. Nosotros vamos a buscar un gol, al menos”.
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