Por: Carlos Calderón
Cuando el 10 de enero de 1970, la niña Mónica María, hija de Guillermo Cañedo comenzó a sacar de las urnas las tarjetas con los nombres de las selecciones participantes para determinar la conformación de los grupos, comenzaba ya a vivirse la magia mundialista.
Las calles del centro de la ciudad lucían engalanadas por las noches con luminarias de la Copa del Mundo y figuras de Juanito, la mascota mexicana que adornaba con su presencia los comercios en todo el país.
La selección, por su parte, se preparaba como nunca para dejar de ser una simple comparsa y tratar de lograr en casa lo que jamás antes había conseguido: pasar de la primera ronda.
El equipo tricolor había sido comandado por el viejo zorro, el estratega Nacho Trelles, pero luego de una desastroza gira por Europa, fue relevado y su mano derecha por muchos años Raúl Cárdenas era ahora el capitán del barco.
Asumido el mando del tricolor, Raúl Cárdenas realizó movimientos de jugadores. Caras nuevas llegaron a la selección, cambio de posiciones, de esquemas y táctica nueva.
Al fin, semanas antes de la Copa del Mundo, el cuadro parecía conformado. Dentro de la cancha el jugador principal, el que movía al equipo y se convertía en el eje del tricolor era Alberto Onofre, un excelente mediocampista de grandes cualidades considerado por la prensa mundial como la nueva figura del conjunto mexicano.
Onofre, con su fútbol lleno de exquisitez, era pretendido por algunos equipos del Viejo Continente y esperaba hacer de este Mundial un escaparate para dar ese salto a Europa, sin embargo, la tragedia cayó sobre la selección mexicana y particularmente sobre el mediocampista.
En la última jugada durante el último entrenamiento, a tres días de que iniciara el Mundial, Onofre chocó pierna con pierna con Juan Manuel Alejándrez, medio de contención de Cruz Azul. El pasto estaba húmedo, Onofre se tiró a disputar el balón con la pierna de apoyo floja. Solo se escuchó como tronaba un hueso. Era la pierna izquierda de Alberto.
De inmediato, a la clínica. Se temía lo peor. Las radiografías lo confirmaron: fractura de tibia y peroné…
Todo un país, desconsolado. El crack del tricolor, la esperanza verde, estaba fuera, el mejor hombre de Cárdenas, se quedaba sin Mundial…
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