De traje gris como su rostro, Iker Casillas, habló en entrevista con “Canal +”. El arquero se confesó con el periodista Iñaki Gabilondo y mostró las entrañas de su sentir con respecto al Real Madrid, José Mourinho, Sara Carbonero y todos los problemas que le han perseguido.
Aunque la entrevista inició con la peculiar sonrisa del arquero, desde el principio tomó tonalidad de tragedia, pero él nunca dejó de mirar a los ojos de su entrevistador como si con ello reforzara la veracidad de sus palabras.
Cuando Gabilondo le cuestionó sobre cómo se sentía con el trato de la afición merengue, al instante se detonó la sinceridad del guardameta. “En este país hay envidia y a la gente que hace las cosas bien se le intenta hundir. Hace unos meses parecía que yo era la peste”, aseguró.
Con un tono más bajo y preocupado, también aceptó que había pensado en salir del club pero “luego me dije que no, que había que pelear y renacer. No hubo oferta del Arsenal. Mi intención es terminar mi carrera en el Madrid, es mi casa, es como una propiedad. No he tenido nunca ni equipo de barrio. No entendería mi vida sin el Madrid. Crecer en el Madrid es crecer en otro mundo. Quiero retirarme aquí”.
Además explicó que sus problemas iniciaron antes y no después de su desempeño en el pasado Mundial de Brasil como muchas personas lo creen, pues después de que se lesionó la mano tras la patada de Arbeloa se sintió aislado del vestuario madridista y para colmo inició el problema que implicó a su pareja, Sara Carbonero.
“Con la declaraciones de Sara sólo se intentó perjudicarme a mí. Ella puede decir millones de cosas del vestuario. A mí me pareció genial que dijera que había problemas. Sólo dijo lo que estaban diciendo todos. Mourinho nunca me recriminó lo que dijo”.
Pero luego la grada del Santiago Bernabeú le culpó de algo más, la salida del entrenador portugués “la primera etapa con Mourinho fue muy buena, pero después la relación no dio más de sí. Mourinho me dio un toque de atención dejándome en el banquillo. Fue fructífero. Me hizo reaccionar. A él le gusta la gente que va de frente. Sergio, Cristiano y yo siempre hemos ido de frente. En la Navidad de 2012 se torció la relación. No había problemas serios, pero el equipo no iba muy bien. Opté por no contestar sus declaraciones por el bien del club. No quería echar más leña al fuego”.
Otra de las acusaciones que aclaró el portero fue sobre el cuidado de su forma física. “Los que hemos tenido talento innato, no lo perdemos. No necesito ir al gimnasio. No me viene bien”, expresó con seguridad, la misma que utilizó para afirmar que luchará por estar en París.
Con las manos en la cara y un tono serio pero no menos sentimental Iker Casillas concluyó la entrevista explicando lo difícil que es ser él, por ejemplo, al no poder salir a dar un paseo con su hijo sin que le acose la prensa.
Casillas se confesó como nunca, mostró sus sentimientos sobre cada momento difícil que le ha tocado vivir en sus 15 años de historia con el Real Madrid, de paradas inolvidables, premios y derrotas. Ahora la pregunta es ¿le perdonará la afición madridista?