Por Santiago Benítez
Nos guste o no Juanitolovers, Christian el Chaco Giménez es un hombre que posee el palmarés que cualquier futbolista puede envidiar. En Argentina fue campeón de Copa Libertadores y de liga con Boca. En México fue campeón, campeón de Liga, Concachampions y Copa Sudamericana con Pachuca. Con Cruz Azul fue campeón de Copa y Concachampions.
A pesar de no conseguir hasta ahora el tan ansiado campeonato de liga con la Máquina, Giménez es hoy por hoy el último ícono del Azul. Es un jugador amado y respetado por la afición cementera debido a su entrega y pasión por la camiseta. Un ídolo sin duda alguna. Pero los años le han pasado factura. El nivel de juego ha tenido una baja considerable en recientes temporadas al grado de llegar a fallar penaltis, haciéndose expulsar y otras demostraciones de que el tiempo no pasa en vano. De ser titular indiscutible pasó a ser un regular en la banca.
Prueba de lo anterior es que en los últimos dos juegos del Cruz Azul, Chaco no ha sido parte de la convocatoria de Paco Jémez, quien ha decidido echar mano de otros futbolistas de acuerdo a las condiciones del partido en turno, como el del jueves pasado, cuando fortaleció la zona baja del equipo con Enzo Roco.
¿Es momento de que cuelgue los botines? Asegura que aún tiene más por dar, pero su futbol en la cancha demuestra lo contrario. Los juanáticos azules le agradecemos y aplaudimos su amor por nuestros colores, pero sabemos que su paso dentro de la cancha ha llegado a su fin.
Cito una frase de la película El caballero de la noche: “Mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano”. Chaco es una leyenda, un 10 que gane el título o no vivirá en la inmortalidad. En La Noria ya no hay reloj para sentimentalismos. Necesitamos lo mejor.
Actualmente Giménez no es lo mejor que tiene Cruz Azul. A nombre de otros celestes, le pido que cuelgue los botines, y se vaya como lo que es, un héroe, una leyenda.