Apenas hace unos meses, la posibilidad de que Helena Costa dirigiera por primera vez a un club de futbol profesional sacudió a los medios deportivos y también a los aficionados, algunos de ellos hasta reclamaron la irrupción femenina en “su territorio”. El Clermont Foot había decidido que su club sería el primero en dar el importante paso, hasta que Helena Costa desistió de reto y argumentó motivos personales para dejar el espacio vacante.
El pequeño equipo francés estaba convencido de la fórmula femenina y repitió la elección, Corinne Diacre inició hace tres semanas su etapa como director técnico, la primera en hacerlo desde que este deporte comenzó a practicarse. Pero no se siente diferente ni privilegiada, su historia en el futbol le ha enseñado que es tan capaz como el resto de tomar una responsabilidad de tal magnitud: “al final, lo único que importa son los resultados”, comenta Diacre.
El País presenta un poco de la historia que podría parecernos ajena, pero los franceses la reconocen como una mujer de gran talento para el futbol. Desde sus 18 años, cuando se incorporó a la selección de su país y en muy poco tiempo colgaba el gafete de capitana a su brazo. A pesar de no ser su labor principal, en 2003, Corinne Diacre marcó el gol que metía a Francia al Campeonato del Mundo por primera vez. Su retiro ocurrió en 2007, luego de haber disputado 121 encuentros internacionales; pero no se alejó del futbol, de inmediato se aventuró a lo que muy pocos, dirigir al equipo que la arropó durante 19 temporadas.
Recientemente obtuvo el título para dirigir en la Ligue 1 y la Ligue 2 un logro único. Corinne Diacre no se deja intimidar por el asombro y las críticas, incluso enfrenta a quienes minimizan la práctica femenina del deporte más popular del mundo: “Los que piensan que el fútbol femenino no es equiparable al masculino demuestran que no se enteran de nada en este deporte. No hay ninguna diferencia entre un entrenador y una entrenadora, salvo su sensibilidad. El trabajo sigue siendo el mismo”.
Corinne se quita la historia de encima, reconoce el reto como el de cualquier técnico nuevo y de la misma forma espera tener tranquilidad, mínimo en los 2 años marcados en su contrato, para colaborar en el avance de un club que finalizó la temporada en la posición 14: “soy muy exigente conmigo misma. Me meto mucha presión, pero así tiene que ser”.