Lo admito. Cuando el futbol llegó a mi vida ya estaba grande, 9 años recién cumplidos. Al momento de escoger equipo en casa me dijeron, “todos menos el América” y como niño obediente que era, acepté, no sin antes escuchar razones que tenían que ver con trampa, juego sucio y soberbia. Eras el tema central de las conversaciones, pese a que estabas en España. “Cuauhtémoc Blanco salió de ahí, es un tramposo y un sucio”. No me caías bien, ni tu gol al Real Madrid me generaba sensación de alegría en torno a ti.
Eras americanista y -en mi mente infantil- eso significaba algo indeseable. Tuvo que ser Javier Aguirre quien cambiara esa perspectiva. Septiembre de 2001 y tu regreso era cosa esperada en la Selección Mexicana. La que en mi cumpleaños número 10 me había regalado -vía Jared Borgetti- un triunfo ante Estados Unidos -otra de las cosas que debía desperciar por ser similar al América. Entraste de cambio, creo que fue por mi ídolo, Palencia y metiste los dos goles con los que seguíamos soñando con ir a Corea-Japón 2002.
Parte de mi desprecio se esfumó. Entendí lo que significabas para el equipo que me representa en noviembre de ese año. Dos meses después le metiste dos goles a Honduras y te abrazaste con Palencia. El odio vestido de verde había terminado. A partir de ese momento y conforme pasaron los partidos, comprendí que eras uno con el América y otro con la Selección Mexicana. Te detestaba si jugabas de amarillo. No importaba si era contra “mi Cruz Azul”, contra Pumas, contra Chivas o contra quien fuera, no quería que ganaras.
¿Para qué te miento? Confirmaste lo que de niño había escuchado en aquella primavera de 2004. Ahora lo recuerdo como algo gracioso, pero en ese entonces sentí algo de desprecio revuelto con pena. ¡Qué paliza le diste a los del Sao Caetano en el Estadio Azteca! De verdad, ¡te pasaste! Sabía que eras violento, pero no que llegaras a esos extremos. Tu falta de control y tu “salvajismo” me confirmó que como persona valías poco y que tenía razón en que me cayeras mal. A la distancia también creo -irónica y penosamente- que yo habría hecho algo parecido.
Me dolió cuando tu pelea con Ricardo Lavolpe llegó a niveles insospechados y te quedaste fuera del Mundial de Alemania. No se me olvida que despreciaste la Confederaciones 2005 porque acababas de ser Campeón. ¡Carajo! Tienes los mismos títulos de liga que Cruz Azul en torneos cortos. Volviendo a lo del 'Tri', no fue justo que te quedaras sin ir al torneo. El 'Guille' Franco no era mejor que tú, aunque él jugara en el Villarreal y tú no calificaras a la liguilla con el América -cosa que me dio gusto.
También me alegró que con todo y tu gol te tuvieras que ir de México sin quedar Campeón. Es cierto, estabas jugando muy bien, pero el Pachuca de Meza se merecía más el título que tus Águilas. Se notó que te extrañaron. Tardaron -para mi beneplácito- cinco años en superar tu ausencia. Fue hasta que el 'Piojo' los agarró que pudieron recuperar el protagonismo perdido desde tu salida.
Fue grato volverte a ver en la Selección cuando la tomó Hugo Sánchez. Eran tan parecidos… Volviste a aparecer para dar buenos partidos. En tu polémica con Sven no me meto. Eres un cirquero -más bien un payaso- y eso te ayudó en varias ocasiones. Te agradezco que hayas llevado a México a Sudáfrica 2010. De nuevo, en el juego decisivo acabaste celebrando con Palencia. Eran tan antagónicos y se llevaban tan bien en la cancha. Ustedes debieron ser los titulares en Corea y Japón en lugar de Jared. Tu gol contra Francia lo celebré a grito pelado. Fuiste un referente en la Selección.
Tu retiro oficial, el tercero y el “vencido” me generó nostalgia. La neta no estabas para ir a Brasil y ni en una borrachera Miguel te hubiera llevado. Te fuiste después de rifártela como los grandes. La neta, aunque fuera de la Selección me cayeras mal, tengo que decirte que no habrá otro como tú. Se te va a extrañar Cuau. Eras capaz de generar alegría hasta en quienes te aborrecíamos jugando con el América. Fuiste y serás único. Sólo espero que México nunca la vuelva a pasar tan mal para calificar a un Mundial porque tú ya no estarás para salvarnos.
No te deseo suerte como político. Me daría igual verte como Alcalde de Cuernavaca o como Jefe Delegacional de la Cuauhtémoc. No es esa tu zona. Te agarraron de títere y estás cumpliendo ese papel. En cambio sí espero que pronto -ya que te hayas preparado bien- seas el entrenador de la Selección Mexicana. Tipos como tú no se encuentran en cualquier parte y si en algún momento la pasamos mal para calificar al Mundial tú podrías cambiar -seguiré pensando eso hasta que demuestres lo contrario- el destino y ponernos en una Copa del Mundo.
Me despido, no con un hasta pronto, sino con un adiós. Te vas de la cancha y te repito, se te va a extrañar.
Atentamente:
Un antiamericanista
PD: Aunque no hiciste nada en la final -salvo un taconcito- te felicito por el título de Copa con el Puebla