Hace siete días, Aaron Davidson se presentó en México para dar una conferencia en el marco del Sport Innovation Summit, SIS. Como presidente de Traffic Sports USA, empresa con experiencia en la organización de torneos internacionales entre las que se encuentran la Copa de Oro y la Concachampions, Davidson dio una plática sobre el desarrollo del futbol en el Continente Americano.
En poco tiempo, este personaje pasó de ser un exitoso administrador a un hombre perseguido por la justicia, toda vez que es uno de los imputados por el caso de corrupción en FIFA destapado la noche de ayer tras una investigación realizada por el FBI.
Davidson se presenta en su perfil de la red laboral LinkedIn como un “ejecutivo de negocios de deportes trilingüe y un abogado con amplia experiencia en los aspectos comerciales y legales de la industria de los deportes y del entretenimiento”. Desde hace tres años es la cabeza de Traffic en Estados Unidos tras pasar casi una década como vicepresidente de ventas y marketing.
Su experiencia incluye el manejo de la empresa multimillonaria Pan-American Sports Network (PSN) y del Tour de las Américas de la PGA.
El envolvimiento de Traffic Sports con CONCACAF se firmó a largo plazo. En abril del año pasado, Jeffrey Webb, presidente de la confederación y uno de los detenidos en Suiza, llegó a un acuerdo con la empresa para los derechos de patrocinio de todos los torneos regionales, incluyendo las ediciones 2015, 2017, 2019 y 2021 de la Copa Oro y siete ediciones de la Concachampions.
Hoy, todos estos acuerdos y experiencia quedan en entredicho tras conocerse que el nombre de Aaron Davidson y la marca Traffic se encuentran en la ignominia.