Se acabó el dominio de Mercedes en la Fórmula 1. Sebastian Vettel se impuso en el Gran Premio de Malasia. El piloto alemán festejó como nunca, las palabras se resumieron en un grito exhalado antes de salir del auto. Es la primera vez que Ferrari logra imponerse en lo más alto del podio, desde la victoria de Fernando Alonso en el Gran Premio (GP) de España en 2013.
Vettel relegó a Lewis Hamilton y Nico Rosberg a la segunda y tercera posición, ambos acostumbrados a ganar. “El número uno ha vuelto. Ferrari está de regreso. Sí, amigos. Gracias a todos”, gritó tras llorar en el lugar más intimo del piloto, su coche.
El resultado demuestra que los cambios aplicados en la escudería italiana, al término de la pasada campaña, están surtiendo efecto. Bajo la dirección de James Allison, quien trabajaba en este coche, el equipo ha logrado dar un vuelco a la situación. Ferrari puede comenzar a olvidar la crisis y festejar la resurrección. Mercedes ya empieza a temblar.