Esta semana ha sido toda una pesadilla para la Federación Española de Fútbol, la obtención del trofeo como campeonas del mundo en el recién terminado Mundial Femenino realizado en Australia y Nueva Zelanda, se ha visto opacado enormemente por circunstancias ajenas al fútbol.
El protagonista principal de esta tormenta de repochables acciones no es otro que el mismísimo presidente de la RFEF, Luis Rubiales, quien se ha visto envuelto en una ola de críticas tras sus cuestionables actuaciones el diomingo tras el gane ibérico.
Repudiables conductas
La primera de sus conductas reprochables se dio cuando en la ceremonia de premiación, tomó la cara de Jenni Hermoso y le dio un beso en la boca sin su consentimiento y a vista y paciencia de miles de espectadores en el estadio y en televisión.
Posteriormente se difundió, en redes sociales, un video donde el mismo Rubiales celebra descontroladamente el gol de las españolas mientras se agarraba los genitales en un desagradable episodio para nunca olvidar.
Lo peor es que esti último lo hizo en uno de los palcos más importantes del reducto, donde compartia lugar con elpresidente de FIFA, Gianni Infantino, la Reina de España, Letizia Ortiz y la hija de la Reina, Sofía, quien es menor de edad.
Pero lejos de ir acabando esta serie de pésimos y desagradables hechos, en redes sociales se van divulgando cada vez más y más, acciones que nos dejan boquiabiertos que dan cuenta de un jerarca que parece salido de una novela de terror.
Piden su renuncia
Lo más reciente son las fotos donde el jerarca de la RFEF se ve cargando en sus hombros, a la jugadora Athenea del Castillo, en medio de la celebración del Mundial, una imagen bastante difícil de digerir en un ámbito profesional.
De inmediato, las redes sociales y los medios de comunicación se han llenado de comentarios de repudio y desaprobación de todo tipo, donde la tónica va siendo una sola: la renuncia inmediata de Rubiales al mando de ente federativo.
Luego de publicado el famoso video del beso, Rubiales publicó un video donde ofrece disculpas, sin embargo, esto no hizo ningún efecto y terminó resolviendo absolutamente nada y al contrario de lo que se pensó, solo sirvió para atizar más la situación.