El Barcelona lleva varios años sin poder amarrar un buen proyecto, ya sea por culpa de la directiva anterior, por los cambios generacionales o por los jugadores que no rindieron lo que se esperaba. Lo cierto es que poco a poco, parece que la situación va caminando y tomando buen rumbo. La directiva cambió y los recientes fichajes se han visto muy bien. Pero, ahora que se han desecho de dos “fracasos”, los culés andan llorando por la millonaria perdida que tuvieron.
Cuando Neymar decidió dejar Barcelona, el entonces Presi, Josep Maria Bartomeu, se puso a buscar jugadores que lo pudieran sustituir. Y justamente trajo a dos que pintaban como sus sucesores, Ousmane Dembélé y Philippe Coutinho. Uno de ellos es una figura del actual Barça, y el otro ya salió del club. Y precisamente Coutinho es uno de los culpables de esta perdida, ya que le costó al Barça 120 millones de euros, y lo terminó vendiendo en 18 millones al Aston Villa.
El otro de los jugadores que resultó un fiasco fue Antoine Griezmann. El francés ya llevaba un buen rato queriendo llegar al Barcelona, y al final llegó. La neta dio unos cuantos buenos partidos en su primer año, pero después se desinfló por completo. Antoine fichó por los cules por un total de 108 millones de euros, y curiosamente también lo vendieron, recientemente, al Atlético de Madrid por 18 millones de euros.
La millonaria perdida del Barcelona
Si sumamos la cantidad que sacó el Barça de su cartera para fichar a este par de jugadores, tenemos un total de 228 millones de euros, seis millones más de lo que ganó por Neymar. Y si al final los termino vendiendo por 18 millones cada uno, tenemos que ganó 36 millones de euros. Sacamos la calculadora, hacemos un poco de matemática tremenda y tenemos que, si le restamos a los 228 millones invertidos, los 36 recuperados, el Barcelona perdió 192 millones de euros.
Nadie dice que Griezmann y Coutinho sean malos jugadores, simplemente no funcionaron en el Camp Nou. Pero por lo que se pagó por ellos, por lo menos tuvieron que hacer todo lo necesario para encajar en uno de los clubes más grandes del mundo.