Por Jorge Rockdriguez
A LOS 30 AÑOS JAIME MATA NO PARÓ HASTA PODER VESTIR LA ROJA EN UN PARTIDO OFICIAL
La de Jaime Mata es una historia digna del modo carrera del FIFA, un muchacho que sueña con llegar a ser profesional, comienza en una de las tantas canteras en Madrid, su mayor sueño, o al menos el más alcanzable para el en su infancia, era llegar a Tercera.
Pasó por la filial a Primera Regional y después a Regional Preferente en donde vería sus primeros euros.
Al llegar a sus 20 años alcanzó la Tercera División con el Galáctico Pegaso, su equipo de siempre en el lugar donde creció, Tres Cantos. No se había saltado ningún paso, el suyo era un camino normal, muy recorrido por los jugadores semiprofesionales. Absolutamente nada lo hacía imaginar lo que vendría después.
Mata picó piedra, primero en el Rayo B, que acababa de ascender a segunda, aunque lo prestaron al Socuellamos y Móstoles, aún en Tercera. Después tendría un año completo en el Rayo B, en donde los goles por racimos comenzarían a caer. Tenía 24 años.
Mata no tiene techo, da todo por el equipo y esa receta le sirvió para primero para firmar con el Girona, en Segunda y hacerse profesional con 26 años y después en Valladolid, donde el año pasado explotó con 35 goles. El Getafe, que lo fichó gratis y lo hizo debutar en Primera con 30 años, una edad nada usual (a menos que seas canterano del Cruz Azul y por casualidad debutes), pero en la Selección, no sonaba real.
Jaime Mata lleva 15 goles en 29 encuentros disputados desde que llegó al Getafe y parece haber sido suficiente para que Luis Enrique le ‘echara el ojo’, un entrenador que parece premiar los méritos, dejando de lado su edad o de donde proviene.
El sueño se consumó, hoy en el partido ante Noruega, el delantero madrileño saltó al campo de juego en el minuto 88 ante Noruega sustituyendo a Morata.