Ya son tres los partidos en los que Barcelona no gana, comete osos defensivos y exhibe falta de motivación. Parece que los dirigidos por Valverde han perdido el camino. Hay motivos para deducirlo.
Messidependencia
Algo que es innegable en el juego del equipo es que existe una clara necesidad de la Pulga. Cada vez se vuelve más obligatorio que el argentino trabaje en creación y finalización de la jugada. Cuando no está en la cancha, sus compañeros se encuentran perdidos y sin saber qué hacer.
Defensa de papel
Uno de los principales problemas en este inicio de temporada han sido las múltiples fallas de lo que era un muro impenetrable. Errores como los de Piqué contra Leganés y una pobre ayuda de los laterales demuestran cuál es el talón de Aquiles.
Un Valverde sin ideas
Nadie dijo que ser entrenador del Barcelona era fácil y parece que este señor lo ha comprobado. Sus extrañas rotaciones contra rivales fuertes y su facilidad para lavarse las manos cuando se le reclama del mal funcionamiento del equipo, lo exhiben sin soluciones para revertir la situación.
Mucha estrella, poco espacio
Algo que distingue a la plantilla de este año es la cantidad de estrellas que hay. Tipos como Vidal, Malcom o Lenglet, son algunos. Es un arma de doble filo porque si no reciben suficientes minutos podrían llegar a generar problemas dentro del club.
Obsesión por la Champions
Las primeras palabras de Messi como primer capitán del equipo sólo hablaron de una cosa: el objetivo es la Orejona. Si esta necesidad de conseguirla continúa, podría romper la hegemonía del club en España, algo que no agradaría a la afición culé.