Por Rubén Ramos
Se vivió la Superocopa Argentina con River como ganador. Eso fue algo que a muchos sorprendió porque no habían desplegado su mejor futbol en partidos anteriores. Llamaron mucho la atención las declaraciones de su técnico Marcelo Gallardo al decir que hacía jugar feo a su equipo para que Boca se fuera con la finta. Vaya que sí le funcionó. ¡Qué inteligente DT! De todo esto podemos sacar conclusiones que te presentamos a continuación.
La ironía de Marcelo Gallardo en conferencia de prensa: “Estos dos meses en que nosotros veníamos jugando muy mal fue parte de la estrategia para que Boca no sepa cómo íbamos a jugar”. pic.twitter.com/OMD2XtWgBK
PUBLICIDAD— #Fichajes Fútbol (@futbol_transfer) March 15, 2018
ENGAÑAR EN LOS ENTRENAMIENTOS
Se supone que en los entrenamientos debes pulir esos detalles que nada más no te hacen ganar. Por aquello de distraer a los espías del equipo rival, se pusieron a enviar pases erróneos que ni tú harías en la reta. Los mismos jugadores en sus casas ya se ponían a practicar en serio, así no perdían el toque.
UN BUEN PSICÓLOGO
Sabemos que a la prensa argentina le encanta reventar futbolistas y entrenadores. Para prevenir que eso no afectara a sus muchachos, Gallardo contrató los servicios de un terapeuta para mantener su ánimo a tope en busca de la Supercopa.
NI EL VAR LO HUBIERA DETECTADO
La mejor arma para detectar los engaños en la cancha no tenía nada que hacer ante esta picardía. Por más que viéramos los últimos partidos de River, jamás hubiéramos pensado lo que tramaban.
CLASES DE ACTUACIÓN
Ninguna telenovela o serie nos ha hecho creer en algo como lo hicieron los del Muñeco. Estaban tan enfocados en Boca que dieron unas actuaciones dignas del Oscar. Palmas y ovación de pie para estos muchachos. La persona que les dio las clases para actuar así también se merece un reconocimiento. Se rumora que se viene la escuela de teatro River Plate.
LOS SENTIMIENTOS DE SUS AFICIONADOS
Tuvieron su final feliz, le arrebataron el campeonato a su odiado rival. Seguro su emoción fue doble al verse campeones. Algunos ya estaban tan desquiciados por su desempeño en el año, hasta podríamos asegurar que andaban como el inolvidable Tano Pasman. Por fortuna, no fue así.