Estaba castigado. Tenía prohibida la entrada al Britannia Stadium. Su equipo vivía -sigue viviendo- horas bajas en la Premier League. Igual se encargó de manifestarse. Probablemente sin querer. El espíritu -o la imagen- de José Mourinho estuvo en el Stoke City vs Chelsea.
Varios aficionados se pusieron una máscara con su imagen. Lo querían dirigiendo a su Chelsea. Él no estuvo, pero su presencia se dejó sentir. Sirvió de poco. Arnautovic y su tijera se encargaron de propinarle a los blues su séptima derrota en 12 partidos.