El entrenador de España, Vicente del Bosque, ha querido rendir tributo a Iker Casillas por medio de una carta abierta recogida en Marca en la que habla del adiós del arquero. La carta es la siguiente:
Iker, eres historia viva del Madrid
Iker Casillas se ha ido del Real Madrid. Para aquellos que le conocemos es hora de echar la vista atrás y recordar todos los años que han transcurrido desde que llegó a la Ciudad Deportiva con sólo 9 años.
Iker forma, y formará, parte de la historia viva del Real Madrid. Un club que le vio llegar apenas siendo un niño y del que se va después de 25 años de experiencia bajos los palos de las porterías de los distintos equipos, recorriendo todas las categorías.
Recuerdo vivamente la impresión que produjo en el Sr. Molowny, el Sr. Malbo y el Sr. Mezquita, Mezqui para los chavales que traducían su cariño y cercanía en el apócope de su apellido. Los tres fieles guardianes de los intereses del Real Madrid a la hora de buscar joyas para la cantera del club estarán muy orgullosos de tí, Iker, allí donde se encuentren. Su trabajo, en tu caso y en algunos otros, se ha visto recompensado con vuestra trayectoria en el primer equipo.
Es indudable que la presencia de Iker en el primer equipo del Real Madrid, con total garantía para la portería, ha ahorrado al equipo la necesidad de grandes desembolsos a la hora de fichar guardametas. Con Iker este puesto estaba magníficamente cubierto. Es un ejemplo como jugador. Su trayectoria y palmarés tanto con el Real Madrid como con la selección española avalan su figura como deportista de élite. Un futbolista que vive por y para el fútbol. Iker desea jugar siempre. Para él cualquier partido, por intranscendente que pueda parecernos a los demás, es un nuevo reto, un nuevo desafío que siempre merece la pena afrontar.
Sus números a lo largo de estos años demuestran que no son muchos los partidos que ha dejado de estar bajo los palos. Quizás por ello su memoria le juega una mala pasada cuando tiene que rememorar y explicar una de las primera veces en que no jugó, y que él ha convertido en una leyenda que nos implica a unos cuantos de quienes convivíamos por aquel entonces en el vestuario del Madrid.
Sé que cuando lea estas líneas sonreirá y, posteriormente, protestará porque da igual las veces que se lo hayamos explicado todos y cada uno de los protagonistas. Él sigue pensando que la razón es suya y de ahí no hay quien le mueva.
La historia comienza en la temporada 2001-2002. Yo estaba al frente del banquillo del Real Madrid; Fernando Hierro y Raúl González eran los capitanes del primer equipo, e Iker hasta ese momento era prácticamente titular indiscutible de la portería. Sin embargo, a finales de febrero el cuerpo técnico decidimos la suplencia de Iker y que César fuera el portero titular en la Liga, en la Copa, competición que ya venía jugado, y en la Liga de Campeones. Quizás estábamos equivocados, pero realmente pensamos que era lo mejor para el equipo. Fue un asunto meramente deportivo. Y aquí es donde él ha decidido cambiar la historia.
Iker mantiene que su suplencia fue prácticamente por la imposición de sus compañeros. Lo cual es completamente incierto, ya que ni a Fernando ni a Raúl se les habría ocurrido pedirnos la suplencia para Iker; ni a nosotros admitir dicha sugerencia. Las paredes de nuestro cuartel general en Potchefstroom durante la Copa Mundial de 2010 todavía recuerdan las charlas y reproches, entre risas, con Fernando Hierro, por aquel entonces director deportivo de la selección, sobre este tema. Y es que con algunas cosas, “Iker es muy pesado”.
Si antes he destacado la pasión de Iker por jugar todos los partidos posibles, quiero añadir que de un tiempo a esta parte también he notado en él algunos rasgos que me hubieran sorprendido hace algún tiempo, y que creo que son producto de la madurez que se alcanza con el paso de los años, con la edad.
Al finalizar la última convocatoria de la selección, recién acabada la Liga, y en plena rumorología de traspasos y fichajes, cuando nos despedíamos en el aeropuerto deseándonos un buen verano, me dijo: “Mister, pase lo que pase, ya sabe que puede contar conmigo hasta para ser tercer portero”.
En lo personal, Iker siempre ha sido un chico humilde. De hecho esta es una de las cualidades más destacadas por la gente que le conoce, pero en lo profesional su ambición no tiene límites. De ahí que ese comentario suyo me parezca la constatación de esa nueva madurez. Y creo que una vez más, Iker se engrandece con este gesto. No es fácil, cuando eres el número uno durante mucho tiempo, tener el valor para pensar que quizás esa etapa se pueda cerrar en un tiempo no muy lejano. Hay que apreciar el gesto en toda su valía.
Y no creo que baste con apreciarlo, creo que nosotros en la selección estamos obligados a velar por nuestros jugadores más importantes. No digo que los demás no lo merezcan, pero sí pienso, como ya he dicho en otras ocasiones, que aquellos que formamos parte del fútbol estamos obligados a velar por su esencia y por sus héroes. En especial, por aquellos como Iker, Xavi, Puyol, Ramos, Iniesta, Torres, Busquets, Alonso, Villa, Silva, Cesc, Piqué y todos los que nos han hecho vivir los mejores momentos de la historia de nuestro deporte.
Ahora es el momento de empezar una nueva etapa. De gozar de nuevas oportunidades en las que seguir demostrando su carisma de ganador y de continuar ganándose nuestra confianza para formar parte del futuro de la selección.