El 13 de abril de 1978 llegó al mundo el hombre que daría sentido a los colores azulgranas. La Pobla de Segur, municipio de Cataluña, vio crecer al pequeño Carles entre patadas y balones. Al principio soñaba con ser portero del Barça, pero su fuerza y liderazgo apuntalaban para otra posición. Perseverancia es la palabra que lo definió a temprana edad, aunque con el paso de los años le fue dando una nueva acepción.
Llegó al Barça con 17 años cumplidos. 'Puyi', como lo apodaban su amigos, era un jugador de mediana estatura, con una fortaleza inigualable y un corazón que encajaba a la perfección en el escudo blaugrana. Requisitos suficientes para pertenecer a la institución y sobre todo para ser referente del equipo. El 2 de octubre 1999 debutó con el primer equipo de la mano de Louis van Gaal, junto a él, también llegó una camada de jóvenes que revolucionarían el futbol mundial.
Puyol comenzó a despuntar en una época gris del barcelonismo, un periodo de inestabilidad institucional que pegó duro en los banquillos. Carles Puyol disfrutó de las mieles de la gloria hasta la temporada 2004-05, cuando fue elegido como capitán por sus compañeros con la aprobación de Frank Rijkaard. El jugador al que todo el mundo cree serio, adusto y cortante es cariñoso y muy protector, características suficientes para ser arropado por la afición catalana.
La rotura de ligamento lateral externo de la rodilla, que lo mantuvo más de tres meses fuera de la cancha, sumado a la triste temporada de Rijkaard y la partida de Ronaldinho y Deco pintaba como un cataclismo para los blaugranas; sin embargo, no sería así. La llegada de Pep daría el mayor regalo que un futbolista puede tener: capitanearía al mejor Barcelona de la historia.
Con Guardiola, Puyol alcanza su máxima plenitud. Participó de lateral derecho, izquierdo y de central, pero siempre con la convicción de dirigir y mantener unido a todo el equipo. En esa temporada el equipo consiguió el triplete: Liga, Copa del Rey y Champions League. Además de encabezar el 2-6 en el Santiago Bernabéu y la hazaña en Stamford Bridge.
Con la Selección de España, 'Tarzan' consiguió dos Eurocopas (2008 y 2012) y una Copa del Mundo en Sudáfrica 2010. La anotación frente Alemania fue fundamental para conseguir el pase a la final de la Copa del Mundo y así catapultar con letras de oro la primera insignia futbolera conseguida por La Roja.
En la final de la Champions League, disputada en Wembley frente al Manchester United, Puyol tuvo un gesto que jamás será olvidado: cedió su brazalete a Abidal, recién recuperado de una compleja operación para extirpar un tumor en el hígado, que le permitió levantar la cuarta Copa de Europa de los catalanes.
Con 36 años de edad, Carles Puyol dijo adiós a su carrera como futbolista profesional dejando un legado insuperable: seis Ligas, seis Supercopas, tres Ligas de Campeones, dos Mundiales de Clubes, dos Copa del Rey, dos Supercopa de Europa, dos Eurocopas y un Mundial.