La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, estableció una tregua con los clubes del futbol de su país. La mandataria dio a conocer una legislación que condiciona la renegociación de las millonarias deudas de esas entidades con el Gobierno.
“Estamos proponiéndole una gran oportunidad a los clubes para que paguen sus deudas y garanticen la viabilidad financiera, pero a cambio queremos, en contrapartida, el cumplimiento de varias normas de gobernanza, transparencia y responsabilidad fiscal”, declaró Rousseff en la ceremonia realizada en el Palacio de Planalto.
El Gobierno calcula que los equipos adeudan más de un millón de dólares a las entidades públicas como la Fiscalia y el Sistema de Seguridad. Además, los clubes tendrán un plazo de 20 años para liquidar los pagos pendientes, según los establece la ley anunciada.
La nueva disposición gubernamental compromete a los clubes a publicar periódicamente sus resultados auditados por firmas independientes para estar al día en todas sus obligaciones tributarias, lo que incluirá sueldos y el mantenimiento de las categorías inferiores de los clubes.
La jefa de Estado mostró toda su confianza en que exista claridad en los procesos con la nueva implementación: “ahora, en una iniciativa inédita, proponemos un programa que permitirá a los clubes superar problemas financieros y adoptar buenas prácticas de gestión, inspiradas en las de algunas empresas privadas y de clubes exitosos” puntualizó.
La estrategia pretende conciliar acuerdos para ambas partes; sin embargo, la ley también prevé sanciones para los dirigentes que incumplan con lo establecido.