La Selección de México de Fútbol protagonizó uno de sus peores fracasos en la historia de la Copa América al quedar eliminado en la fase de grupos del torneo celebrado en Estados Unidos 2024. El empate sin goles ante Ecuador selló el destino del equipo dirigido por Jaime Lozano, que sumó apenas un punto en tres partidos.
El Tricolor llegó al encuentro decisivo contra Ecuador con la necesidad imperiosa de ganar para clasificar a cuartos de final. Sin embargo, el equipo azteca mostró una alarmante falta de ideas ofensivas y no pudo romper el cerco defensivo de los sudamericanos.
Julián Quiñones y César Huerta tuvieron las ocasiones más claras para México, pero sus remates carecieron de precisión. Por su parte, Ecuador se conformó con el empate que le aseguraba el pase a la siguiente ronda y apostó por los contraataques, generando peligro con la velocidad de Enner Valencia.
Crisis profunda del fútbol mexicano
Esta eliminación temprana se suma a una serie de fracasos recientes que han sumido al fútbol mexicano en una profunda crisis. Desde la decepcionante actuación en el Mundial de Qatar 2022, el Tri parece incapaz de recuperar el nivel que lo llevó a ser protagonista en ediciones pasadas de la Copa América.
La afición mexicana, que una vez más llenó las gradas del State Farm Stadium de Glendale, Arizona, mostró su descontento con el desempeño del equipo. Los cánticos de apoyo fueron reemplazados por silbidos y expresiones de frustración conforme avanzaba el partido y se veía más lejana la posibilidad de anotar el gol de la clasificación.
El técnico Jaime Lozano deberá afrontar duras críticas por sus decisiones tácticas y la falta de reacción del equipo en los momentos cruciales. La eliminación en esta Copa América pone en tela de juicio su continuidad al frente del Tricolor, especialmente considerando que México será uno de los anfitriones del Mundial 2026.
Los directivos del fútbol mexicano tienen ahora la tarea urgente de realizar una profunda autocrítica y tomar decisiones drásticas para revertir esta tendencia negativa. Con apenas dos años por delante antes del próximo Mundial, el tiempo apremia para reconstruir un equipo competitivo que pueda hacer frente a las potencias del fútbol internacional.
La eliminación en la fase de grupos de la Copa América 2024 marca un nuevo punto bajo para el fútbol mexicano. Solo un cambio radical en la estructura y mentalidad del Tricolor podrá evitar que esta crisis se extienda hasta el Mundial de 2026, donde México buscará redimirse ante su propia afición.