La vida de un deportista es exigente. El atleta sabe que tendrá que sacrificar muchas cosas para cumplir sus sueños pero… ¿Qué pasa con los seres queridos que no eligieron sacrificarse, pero tienen que hacerlo?
Esa es la historia de Jordyn Leopold, una niña que le escribió al Minnesota Wild, un equipo de hockey profesional de la Liga Nacional de Estados Unidos, para que su padre pudiera trabajar para ellos y estar más cerca de casa.
“Queridos entrenadores de Minnesota Wild: Mi nombre es Jordyn Leopold. Mi padre es el defensor Jordan Leopold de las Chaquetas Azules de Columbus. Bueno, mi papá está muy solo sin su familia. Estamos viviendo en Minnesota en este momento y yo estoy perdida sin mi padre, al igual que mi madre, mis dos hermanas y mi hermano.
Mi padre no ha estado desde noviembre y ya no podemos soportarlo. Para ir al grano, Wild no ha ganado juegos y ustedes, los entrenadores, están enojados porque su equipo necesita más defensa así que por favor, por favor, por favor pidan a las Chaquetas Azules si pueden adquirir a mi padre; ¡Gracias! Con amor, Jordyn Leopold”.
Las sentidas palabras de la pequeña llegaron al dueño del Minnesota Wild, y este lunes el equipo anunció mediante un comunicado que antes de que venciera el plazo para los intercambios, añadió a su escuadra a Jordan Leopold.
Ahora Jordyn Leopold tendrá a su padre mucho más cerca de casa. Sus súplicas fueron escuchadas. Y es que aunque el deporte significa un sacrificio, algunas veces también cumple sueños.