Por: Raúl Garrido
Para un delantero es muy duro no marcar durante tres partidos, sobre todo cuando se está acostumbrado a poner el balón en la red. Dayro Moreno no marcaba desde la jornada 4 cuando vacunó a Monarcas Morelia en casa. La sequía comenzaba a preocupar al colombiano, se notó durante los 90 minutos del encuentro ante el Pachuca, y es que su gol llegó en tiempo de compensación, al 91'.
Los primeros 45 minutos los pasó de noche viendo cómo Pachuca monopolizaba la pelota y sus compañeros no conseguían romper la meta de Óscar el Conejo Pérez, ese veterano que parece un chico de 25 años. Para el complemento las cosas cambiaran en la cancha, la actitud del Tijuana fue otra, y la del atacante sudamericano también.
Ni 10 minutos había pasado del segundo tiempo cuando Dayro pudo romper la sequía solo frente a la portería, estaba todo listo pero un mal remate, enviando el balón hacia las gradas, ahogó el grito de gol. El fantasma de aquel fallo enorme en la Copa América 2011 ante Argentina se hacía presente en el estadio Caliente. Un disparo desviado, minutos más tarde, también visitaba a la afición y presionaba más al atacante. Ayoví lo habilitaba por en medio, Dayro giraba y mandaba el balón a un costado de la portería con el Conejo achicándolo, para su fortuna se marcaba fuera de lugar, pero el atacante loco de furia por tan mala noche pateaba el balón y maldecía al viento.
El partido estaba en el ocaso cuando el Chango Moreno prolongó un balón como crack hacia el área, Dayro sin pensarlo dos veces cuchareó la redonda a la salida de Óscar Pérez para sellar la remontada de Xolos, y asegurar el liderato por una jornada más. Al final el colombiano tuvo el premio a la insistencia y sacó ese grito ahogado que tanto le hacía falta expulsar. Se reencontró con el gol.