1. Larry Bird vs. Magic Johnson
El declive de la NBA era un hecho a finales de los setenta. La audiencia era pobre y los patrocinios se alejaban del baloncesto, creando una sensación de que la liga no tardaría mucho en colapsar. Fue entonces que aparecieron Earvin Magic Johnson y Larry Bird, dos jóvenes con un nivel superlativo que mantenían una fuerte rivalidad desde su etapa colegial.
Johnson firmó con los Lakers de Los Ángeles y Bird con los Boston Celtics, equipos que a lo largo de la historia han sido el némesis del otro. Esta situación, sumada a la ríspida relación entre ambos jugadores, permitió que la NBA volviera a la vida al atraer a miles de nuevos aficionados a las arenas y elevar el rating televisivo.
“Todas las mañanas me levantaba para leer las estadísticas y saber cómo iban los números de Magic”, reveló alguna vez Bird. De la misma forma, Johnson ha afirmado que los partidos frente a los Celtics no eran como los demás y dedicó más horas a entrenar para poder vencer a su oponente y mostrar que él era mejor. “En verdad nos odiábamos”.
Celtics y Lakers jugaron tres series finales entre 1984 y 1987, con saldo favorable para los californianos por 2-1.
Más allá de las duelas, Bird y Johnson cultivaron una fuerte amistad tras protagonizar un anuncio de calzado deportivo en 1985. Incluso, según el propio Magic, el apoyo de Larry fue fundamental para él para superar el golpe de saber que era portador del VIH. “Es ahí cuando conoces a tus verdaderos amigos”, dijo Earvin tras repasar las muchas batallas que ambos sostuvieron.
2. Alain Prost vs. Ayrton Senna
Si de odios se habla, Prost y Senna no pueden quedar excluidos. La Fórmula 1 no ha conocido en toda su historia una rivalidad tan grande como la que sostuvieron el francés y el brasileño.
Todo comenzó en 1988, cuando el entonces ascendente Senna se convirtió en coequipero del experimentado Prost en McLaren. Ayrton ganó el campeonato de ese año, pero sobre todo, demostró al mundo que tenía la misma calidad que Alain, hasta entonces estrella del equipo.
Desde el comienzo se sentía la tensión entre ambos pilotos, pero ésta se destapó tras el Gran Premio de San Marino de 1989, cuando supuestamente el amazónico rompió un pacto entre los dos y rebasó a su compañero tras un incidente de Gerhard Berger. Fue entonces que Prost acusó a Senna de ser poco leal y a McLaren de favorecerlo, por lo que anunció su salida del equipo una vez terminada la temporada.
El Gran Premio de Suzuka dio paso a la polémica. Durante una carrera vital para las aspiraciones de Senna, Prost trató de bloquearlo en una chicana y ambos McLaren colisionaron. El francés quedó fuera y Ayrton tuvo un regreso espectacular para ganar la carrera, pero fue descalificado tras las protestas de Prost. El brasileño quedó matemáticamente imposibilitado de alcanzar a su coequipero y acusó favoritismo del presidente de la FIA, Jean-Marie Balestre, gran amigo y compatriota de Alain.
Un año más tarde, ya con Prost en Ferrari, Suzuka dio nuevo paso a la polémica y el odio entre los dos pilotos. El francés requería ganar la carrera para poder aspirar al título. Senna ganó la pole position, pero las autoridades de la Fórmula 1 decidieron sin explicación de por medio obligarlo a arrancar en la parte sucia de la pista, mientras Prost largaría desde la parte limpia. Las protestas del brasileño fueron desestimadas, por lo que Ayrton decidió “jugar sucio” y bloquear al piloto galo en el arranque; el choque fue inevitable y Senna consiguió el título. Alain calificó a su rival como “un hombre sin valor alguno” tras el incidente.
En 1993, Prost firmó con Williams tras tomarse un año de descanso. El francés pidió que en su cláusula el equipo se comprometiera a no contratar a Senna. El brasileño no calificó de “cobarde” tras enterarse de lo sucedido. Al final de la campaña, ya con Alain como monarca, Senna ganó el último Gran Premio del año, en Australia, y decidió reconocer a su gran rival (quien había anunciado su retiro) subiéndolo al podio de primer puesto y compartiendo un abrazo con él. Después de tanto odio y casi matarse en sus bólidos, el cierre a la rivalidad fue digno de dos grandes campeones.
Ya con Alain Prost retirado en 1994, Ayrton Senna llegó a Williams, que le dio un auto poco competitivo y muy inestable. Esto dio paso al fatal accidente que arrebató la vida al talentoso brasileño en el Gran Premio de San Marino, celebrado el 1 de mayo. En una de sus últimas declaraciones a la prensa, Ayrton envió un mensaje a su eterno rival, a la sazón comentarista en la televisión francesa: “Un saludo especial a nuestro amigo Alain. Te echo de menos; lo sabes”.
Prost, quien no gusta mucho de hablar sobre la muerte de Senna, fue uno de los personajes que cargó su ataúd entre miles de brasileños, que años antes le habían mostrado su repudio. “Comencé a conocer al verdadero Ayrton dos o tres meses antes de su muerte. Me llamaba frecuentemente y me pedía que volviera. Cuando murió, una parte de mí también se fue”.
3. Muhammad Ali vs. Joe Fazier
La amargura entre dos de los más importantes boxeadores de la historia no desapareció sino hasta la muerte de uno de ellos. Ali y Frazier chocaron tres veces en combates sangrientos que dejaron huella en el deporte de los puños.
La primera pelea llegó en marzo de 1971, cuatro años después de que Ali hubiese sido suspendido por negarse a ir a la Guerra de Vietnam. Durante ese periodo, Fazier le había mostrado su apoyo moral y, se cuenta, hasta económico. Pero el pago del siempre boquiflojo Muhammad fue llamar a Joe “demasiado estúpido y feo para ser un campeón”, “juguete de los blancos” y “tío Tom”.
Joe hizo pagar a Ali por sus palabras en ese primer combate y le propinó una golpiza. Frazier ganó por decisión unánime y arrebató los títulos de peso completo de la Asociación Mundial de Boxeo y el Consejo Mundial de Boxeo.
Ali tuvo su revancha en 1974 sin título de por medio, combate que estuvo precedido por una infame entrevista con ambos boxeadores en la cadena ABC que terminó a golpes luego de que Muhammad llamara “ignorante” a Frazier.
La pelea definitiva se llevó a cabo en Manila un año más tarde, con los títulos de la AMB y el CMB en juego. Fue una carnicería en la que ambos combatientes sacaron todo el odio que sentían entre ellos. Ali se impuso vía knockout técnico luego de que Eddie Futch, manager de Frazier, observara que Ali estaba dando una paliza tremenda a su oponente y decidiera tirar la toalla tras el round 14. Curiosamente, en la otra esquina, Muhammad había dicho a su entrenador que “era suficiente”. Poco después, el campeón diría que fue la cosa “más cercana a la muerte” que ha experimentado.
Pero la rivalidad no se detuvo tras el retiro de ambos peleadores. Aunque Ali se disculpó muchas veces con Frazier y afirmó que todo “era parte del show”, Joe no perdonó aquellas palabras casi por el resto de su vida, llegando a mencionar, luego de que un Ali enfermo de Parkinson encendiera el pebetero olímpico en Atlanta 1996, que debieron “lanzarlo al fuego”.
Sin embargo, casi al final de su vida, Frazier por fin pudo dejar ir todo aquello que en el pasado lo enemistó con Muhammad Ali. “Lo perdono; él lo está pasando mal”. Joe falleció el 7 de noviembre de 2011 tras perder la batalla contra el cáncer de hígado.