Por Alejandro Miranda
América volvió a perder después de un largo rato, algo que su afición no pudo soportar porque llegaban como favoritos, ya se sentían en la final. Para este tipo de casos siempre vemos a los aficionados azulcremas justificándose de cualquier manera para no aceptar que perdieron. Es fácil identificarlos.
1.- El clásico “nos robaron”
Nunca puede faltar. Es el más primordial de todos. Cada vez que su equipo pierde de una manera contundente hablan de atracos, hasta parece que se muerden la lengua. El arbitraje es su peor enemigo, según ellos.
2.- Se apoyan de recuerdos
Si han tenido antecedentes en grandes instancias (como finales o rondas decisivas) recurren a eso. No se cansan de decir que humillaron al rival, que lo bailaron y demás. Le rascan en la memoria hasta en los amistosos que nadie vio o a que nadie le importaron.
3.- Desaparecen de la faz de la tierra
Apenas termina el partido y se nos van de este mundo. Primero por el infarto que les causó la derrota, y segundo porque no quieren cargar con la burla de todos. Así se les llame por teléfono, se les busque por Facebook o Twitter, o hasta solicitándose su búsqueda en la procuraduría, no aparecen hasta que el Ame vuelva a ganar. Normalmente están en una cueva.
4.- Se ponen sus moños
Les sugieres que vayan a distraerse, a echar reta o a hacer algo más, pero siempre te dirán que no. Se ponen tan amargados que no quieren ver a nadie aunque sí quieran hacer algo. Saben que en algún momento saldrá el bullying y no lo soportarán. Prefieren quedarse en su escondite a llorar.
5.- Arman la bronca
Por cualquier cosa se calientan. La frustración de no poder hacer nada, se apodera de ellos. Apenas pasa una mosca y ya la quieren matar. La afición toma de ejemplo a sus jugadores dentro de la cancha. El que esté más cerca paga los platos rotos.