Él estaba marcando faltas, dando por buenos los goles y discutiendo con los jugadores. Eso, adentro del estadio. Afuera Francia se conmocionaba. Él no sabía lo que estaba pasando.
Después de enterarse de lo ocurrido reaccionó. “Solo siento pena por las víctimas y sus allegados, mucha rabia contenida y nada de ánimo en este momento”, le afirmó al Diario Marca en un mensaje.
Los organizadores del partido le contaron a él y a sus asistentes lo que pasó. Luego la seguridad los escoltó hasta su hotel. Al final acabó en el aeropuerto, esperando para volver a casa.